A medida que la salud mental protagoniza más y más discusiones alrededor del mundo, han surgido múltiples investigaciones sobre cómo sus niveles impactan el bienestar de los adultos mayores.
Según las últimas cifras de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) sobre la salud mental en personas mayores de 55 años, un 20% de la población de la tercera edad experimenta algún problema relacionado. Los más comunes son la depresión y la ansiedad.
Estas condiciones pueden tener un impacto en la salud física y el bienestar de nuestros seres queridos ¿Hay alguna forma de ayudarlos? Afortunadamente, sí. Vamos a revisar algunas recomendaciones.
Algunos factores conocidos como determinante biopsicosociales pueden tener influencia en la salud mental.
Bajo esta perspectiva, la salud mental de una persona depende en gran medida de circunstancias biológicas, psicológicas y sociales. Es decir, involucra la relación del ser humano consigo mismo y con el exterior.
Este modelo encapsula los diversos factores de esta manera:
Si entendemos lo que puede afectar la salud mental, podemos conocer qué podemos hacer para ayudar a nuestros seres queridos a estar y sentirse mejor.
En este sentido, bajo el modelo biopsicosocial, es indispensable hacer actividad física, construir conexiones sociales sólidas y significativas con familiares, mantener la mente activa y seguir una dieta saludable.
Para ayudar a nuestros familiares a mejorar en todas las áreas, incluyendo la física, emocional y mental, podemos motivarlos a hacer lo siguiente:
Esto es ideal para mantener la mente activa y tener una influencia positiva en la capacidad de pensamiento. Algunas actividades consideradas cognitivamente exigentes, incluyendo leer, armar rompecabezas o practicar ajedrez, pueden ser de gran ayuda.
Para estar sanos mentalmente, también debemos cuidar nuestro cuerpo. Por esa razón, otra forma de mejorar la salud mental de los adultos mayores es asegurarnos de mantener una alimentación equilibrada.
Una dieta rica en frutas, verduras, granos integrales, pescado, y carnes magras es ideal para mantener el cuerpo sano y fuerte. También es importante reducir el consumo de productos altos en sodio, azúcar, o grasas sólidas.
Si el cuerpo está en óptimas condiciones, mejorar la salud mental es mucho más fácil. Los adultos mayores pueden hacer algo de ejercicio diario para mantenerse en forma, controlar el estrés, la ansiedad, y reducir algunos riesgos relacionados con la edad. Te compartimos algunos de los ejercicios altamente recomendados para personas mayores según su edad.
Sin embargo, eso no significa que deben inscribirse en un gimnasio o correr un maratón. Si están en casa y no tienen buena movilidad por alguna razón, podemos encontrar la forma de ayudarlos a ejercitarse un poco. Los estiramientos de manos y dedos y levantamiento de piernas o brazos son excelentes opciones si están en cama.
Además de ejercitar el cuerpo, también es importante mantener la mente en forma. Por lo tanto, debemos pensar en algunas formas de estimular el cerebro para evitar el deterioro cognitivo a medida que envejecemos.
Muchos adultos mayores se sienten tristes y frustrados cuando empiezan a olvidar cosas o pierden ciertas habilidades que tenían cuando eran jóvenes. Sin embargo, juegos mentales como los sudokus y los crucigramas pueden ayudarnos a mejorar la memoria a corto plazo, velocidad de pensamiento, tiempo de reacción y más.
Conectarse con sus seres queridos, amigos y conocidos a través de actividades sociales también es indispensable para que los adultos mayores se sientan plenos y felices.
Además, los vínculos con otras personas también mantienen el cerebro activo y generan una sensación de compromiso con lo que nos rodea.
Por lo tanto, para ayudar a mejorar la salud mental de nuestros familiares, podemos motivarlos a visitar a otros, unirse a programas sociales locales, interactuar con personas de otras edades, y hacer algo que les guste con sus seres amados.
¡Claro que sí! Además de los consejos que mencionamos arriba, debemos tener en cuenta que los adultos mayores tienen necesidades específicas. A medida que envejecemos, podemos perder movilidad, sentirnos más cansados o enfermarnos con frecuencia. Todas esas cosas pueden hacer que alguien se sienta mal consigo mismo.
Así que, una gran manera de ayudar a nuestros familiares en la tercera edad es proveer soluciones a esos pequeños inconvenientes que pueden enfrentar día a día. Acondicionar bien su habitación o garantizarles espacios seguros en casa son algunas de ellas.
También es importante que ellos sientan que pueden hacer algunas cosas solos o aún disfrutan de esa independencia que tenían durante su juventud. Por lo tanto, también podríamos ayudarlos a hacer sus tareas diarias de manera autónoma.
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