Tener movilidad reducida no tiene que representar una condena a quedarse encerrado en la misma habitación de por vida.
Aunque algunas personas suelen asociar una silla de ruedas con invalidez, depresión y tragedia, la realidad es que a la hora de proporcionar en casa los cuidados que requiere una persona con movilidad reducida, este equipo ofrece una serie de ventajas, como poder continuar disfrutando de otros espacios de la casa, de su familia y de algunas actividades que le ayuden a experimentar placer y bienestar.
En ese sentido, ante la pérdida de movilidad, es conveniente revisar algunas de las ventajas que ofrece una silla de ruedas:
- Posibilita los traslados entre áreas esenciales de la casa, como el baño o el comedor. Los cambios de espacios permiten disfrutar de una rutina y ayudan a reducir el sufrimiento de un paciente al poder estar en diferentes lugares a distintas horas.
- Permite disfrutar del sol y del aire, al hacer posible trasladarse a áreas como balcones o jardines. Aunque parezca exagerado, pasar tiempo al aire libre puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés, lo cual redunda en una mejor salud integral.
- Ayuda a mantener la actividad social, al permitir recibir visitas e interactuar con ellas. La interacción con los seres queridos es esencial para la salud mental y emocional.
- Contribuye a incrementar la autoestima del paciente, al promover su autonomía y reducir su dependencia. El Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de Estados Unidos señala que la movilidad es un factor clave para una vida independiente en la tercera edad.
- Reduce el riego de lesiones del cuidador, una ventaja deseable en toda circunstancia, en especial cuando el cuidador es un familiar. El traslado de una habitación a otra o de una superficie a otra (por ejemplo, de la cama al comedor o a un mueble de la sala) suele representar mayores riesgos de lesiones para el cuidador si este intenta convertirse en el apoyo físico del paciente. Lo correcto es que el cuidador ayude, mas no que asuma todo el esfuerzo.
- Reduce el riesgo de lesiones del paciente, específicamente lesiones por presión (escaras) producidas por no cambiar de posición al permanecer en la cama. Asimismo, una silla de ruedas reduce el riesgo de caídas del paciente al momento de trasladarlo de un lugar a otro.
- Contribuye a mantener activo al paciente. Al poder trasladarse o ser trasladado, el paciente podrá atender algunas necesidades que se dificultan más cuando permanece en cama, como desarrollar algún pasatiempo o interactuar con sus familiares.
Es probable que el camino para lograr que un adulto mayor acepte adoptar una silla de ruedas parezca difícil, debido a todos los prejuicios que hay en torno a este equipo. Por suerte, hay diversas estrategias que pueden ayudarlo a comprender que es conveniente o necesario tenerla.
Un argumento a favor de la silla de ruedas que se puede usar en este caso podría ser que la autonomía y el movimiento no tienen que ser sacrificados por el hecho de haber perdido movilidad.
También podría ser conveniente revisar los tipos de sillas de ruedas que hay disponibles para poder elegir la que mejor se adapte a las necesidades específicas del paciente que ha de usarla.