Datos de la OMS/OPS y el Minsal muestran que 36% de la población chilena vive con hipertensión arterial, una cifra que coloca a Chile por encima del 30% de la región. Pero lo más preocupante es que solo 34% de los chilenos con hipertensión están conscientes de su situación y tienen tratamiento.
Ello se debe a diversos factores, siendo los principales la ausencia de síntomas claros, directamente asociables a la hipertensión arterial, y la falta de cultura de mediciones caseras frecuentes como medida preventiva.
Las mediciones en casa cuando hay malestar pueden ser la diferencia entre un desenlace indeseable, o hasta fatal, y el alivio permanente por medio de la adopción de medidas de control de la hipertensión bajo la debida vigilancia médica. Y a la vez, las mediciones caseras constituyen la respuesta eficiente al reto de la diversidad de los síntomas, que suelen variar mucho de un paciente a otro.
La imprecisión de los síntomas de la hipertensión arterial: por eso es “silenciosa”
Se dice que la hipertensión arterial es silenciosa porque suele no presentar síntomas y, cuando los presenta, estos suelen variar de un individuo a otro, por lo cual no es fácil hablar de una sintomatología universal que sirva de guía.
Aun así, algunos son más o menos comunes, en especial cuando se trata de una presión arterial muy alta:
- Dolor intenso de cabeza
- Dolor en el pecho
- Mareos
- Dificultad para respirar
- Náuseas
- Vómitos
- Visión borrosa o cambios en la visión
- Ansiedad
- Confusión
- Pitidos en los oídos
- Hemorragia nasal
- Cambios en el ritmo cardiaco
Además de ser muy diferentes entre un individuo y otro, la mayoría de estos síntomas pueden hablar de más de una causa, lo cual dificulta aún más el panorama. De allí la importancia crucial de medir la presión regularmente en casa.
La realidad de los costos
Ni el tensiómetro para uso casero, ni una consulta, ni el tratamiento para la presión arterial elevada son lo costosos que la mayoría de la gente puede pensar.
Lo que sí es costoso, y en ocasiones hasta irrecuperable, es enfrentar los efectos devastadores de una presión arterial demasiado elevada:
- Daño a los vasos sanguíneos, que puede ocasionar ACV o aneurismas
- Daño al corazón, que puede causar infartos, arritmias o insuficiencia cardiaca
- Daños al cerebro, tanto los asociados a ACV como demencia o daño cognitivo
- Daño a órganos y tejidos, y las consiguientes desmejoras en su funcionamiento, como en el caso de los riñones y de los vasos y nervios oculares
- Afecciones sexuales por irrigación insuficiente
La solución es simple
La hipertensión arterial es peligrosa, pero no incontrolable. Y la mejor noticia para el chileno es que, además de no tratarse de un tratamiento costoso, la hipertensión arterial está contemplada en el GES (Garantías Explícitas en Salud), el plan de cobertura de salud de Chile que ofrece garantías para el acceso a atención médica y apoyo financiero para tratamientos.
En cualquier caso, un tensiómetro casero promedio, el buen hábito de observar y atender cualquier cambio en las condiciones generales, y el aún mejor hábito de acudir a consulta médica para recibir y seguir las orientaciones del profesional componen la fórmula ganadora para una vida plena.
