En Chile, la hipertensión arterial afecta a un 36% de la población. A menudo llamada “la asesina silenciosa”, esta condición no suele avisar con síntomas escandalosos hasta que el daño ya está hecho.
Pero recibir un diagnóstico de hipertensión no es una sentencia, sino una llamada a la acción. Si tú o un familiar sospechan de esta condición, es vital conocer el camino exacto a seguir.
Por eso te dejamos esta ruta del hipertenso, un mapa detallado desde la primera sospecha hasta el control exitoso, diseñado para mejorar tu calidad de vida.


Fase 1. Sospecha: detectar señales invisibles
La ruta comienza mucho antes de entrar a la consulta médica. La mayoría de las veces, la hipertensión es asintomática. No obstante, en algunas personas, el cuerpo puede dar señales sutiles como dolores de cabeza matutinos (especialmente en la nuca), zumbidos en los oídos o mareos.
En todo caso, no hay que esperar a sentirte mal. En Chile, el examen de medicina preventiva (EMP) es gratuito para beneficiarios de Fonasa e Isapres, e incluye la medición de presión arterial.
ATENCIÓN: Si al tomarte la presión en una farmacia, en tu trabajo o en casa, el resultado es igual o superior a 140/90 mmHg, es el momento de actuar, en especial si se mantiene igual en varias mediciones.
Fase 2. Confirmación: diagnóstico médico
Una sola medición alta no confirma hipertensión (puedes haber estado nervioso o haber corrido). El siguiente paso es acudir a tu médico de confianza.
Es probable que el profesional te solicite un perfil de presión arterial (varias tomas en días distintos). De ser así, necesitarás un tensiómetro en casa y un instrumento casero para registrar los resultados, como la planilla de registro de mediciones cruciales de BETTEN.
O bien puede que te indique el uso de un holter para monitoreo de presión, que te proporcionan en el centro de salud donde te realices el estudio, y lo llevas por 24 horas. Además, te pedirán exámenes de sangre y orina para evaluar el estado de tus riñones, niveles de azúcar y colesterol.
Para tu tranquilidad: En Chile, la hipertensión arterial primaria es una patología cubierta por las Garantías Explícitas en Salud (GES/AUGE). Esto garantiza el acceso al diagnóstico, tratamiento y medicamentos tanto en Fonasa como en Isapre, con plazos definidos y protección financiera.
Fase 3. Tratamiento farmacológico: tu nuevo aliado
Una vez confirmado el diagnóstico, el médico indicará el tratamiento. En Chile, es común el uso de medicamentos como Losartán, Enalapril o Amlodipino, entre otros.
El error más común en esta etapa es abandonar el medicamento porque "uno se siente bien". La hipertensión no se cura, se controla. La pastilla es el cinturón de seguridad que evita que la presión dañe tus arterias, corazón y cerebro. La adherencia al tratamiento es el pilar fundamental de esta ruta; tomar la dosis exacta a la hora indicada debe convertirse en un hábito tan rutinario como lavarse los dientes.
Fase 4. Cambios en el estilo de vida
No tienes que esperar al tratamiento farmacológico para adoptar esta medida, que es ya casi un deber ciudadano. Cuidar la dieta, la hidratación, el sueño y la actividad física garantizan mejoras en tu calidad de vida en todo momento, y deberías intensificar los cuidados apenas notes señales de alerta. Aunque siempre vale la pena que hagas ajustes según las indicaciones de tu médico.
En términos generales, el hipertenso debe cuidar estos aspectos:
➡️ Alimentación: ojo con el sodio
La dieta chilena es alta en sal, y el enemigo número uno del hipertenso es el sodio. Lo primero que debes hacer es prestar atención a los sellos negros "Alto en sodio" y reducir el consumo de:
➡️ Hidratación
Olvídate de las bebidas gaseosas azucaradas. La hidratación adecuada ayuda a regular el volumen sanguíneo. El agua potable es tu mejor opción. Si te cuesta, saborízala con rodajas de pepino o frutas de tu gusto.
➡️ Sueño
Dormir mal mantiene al cuerpo en estado de alerta, lo que sube la presión. Intenta mantener horarios regulares, evita pantallas antes de dormir y cena ligero para asegurar un descanso de al menos 7 u 8 horas.
➡️ Actividad física
No necesitas correr una maratón. La indicación estándar es de 30 minutos de actividad moderada, al menos 5 veces a la semana. En Chile, aprovecha las plazas con máquinas de ejercicios o simplemente sal a caminar a paso rápido. El sedentarismo endurece las arterias; el movimiento las flexibiliza.

No hay meta final, es un camino constante
No te bajas del auto en ningún punto. Los cuidados no se detienen, pues la salud es frágil y la hipertensión no controlada es una amenaza importante.
Puede que al principio te resulte abrumador recorrer la ruta de respuesta ante la hipertensión, especialmente al enfrentarse a cambios en costumbres tan arraigadas como la comida o el sedentarismo.
Pero, con un diagnóstico oportuno y tu compromiso real con tu salud, es totalmente posible llevar una vida larga, plena y activa.
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