A cualquier edad, mantenernos activos es esencial si queremos vivir plenamente y disfrutar de buena salud. Por lo tanto, a medida que nos adentramos en la vejez, es importante realizar algún tipo de ejercicio.
La actividad física nos puede evitar o disminuir el riesgo de sufrir enfermedades comunes durante la tercera edad, ayudar a los adultos mayores con poca movilidad a fortalecer sus cuerpos, y combatir todos los problemas relacionados con el sedentarismo.
Además, cuando alcanzamos la tercera edad, mantenernos activos físicamente también puede tener un impacto en nuestra autonomía e independencia.
Ejercitarnos también es clave en nuestra salud mental, ya que reduce el estrés, mejora nuestro estilo de vida general, nos ayuda a combatir el insomnio y beneficia la autoestima y la imagen corporal.
Vamos a conocer un poco más sobre la importancia de la actividad física en la vejez y cuánta necesitamos durante la tercera edad.
A medida que envejecemos, algunos problemas físicos aparecen, incluyendo pérdida del equilibrio, disminución en la velocidad al caminar, cambio en la forma de andar, debilidad o pérdida de fuerza, disminución de la masa corporal y dificultades para levantarnos o mantenernos de pie.
Otro de los cambios más comunes en los adultos mayores es la falta de agilidad, ya que somos propensos a sufrir problemas de movilidad articular durante el envejecimiento.
En consecuencia, a pesar de que enfrentar estos desafíos no significa que no podemos movernos en absoluto, nos volvemos más independientes. Ahí es cuando la actividad física se vuelve tan esencial.
Si no queremos sufrir de poca movilidad a medida que envejecemos, el ejercicio físico debe ser parte de nuestro día a día. Estos son algunos de los beneficios que puede brindar:
Mantenernos activos e incorporar ejercicios para personas mayores a nuestro día a día durante la tercera edad también beneficia la salud mental. Estas son algunas de las ventajas principales:
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, los adultos mayores de 65 años necesitan al menos 150 minutos de actividad física de intensidad moderada a la semana.
Esto puede ser 30 minutos al día 5 veces a la semana e incluye alternativas como caminar a paso ligero. También es importante incluir 75 minutos semanales de una actividad de intensidad vigorosa, como correr, trotar, o caminar.
Durante la semana, es recomendable hacer al menos 2 días de ejercicios enfocados en el fortalecimiento muscular y 3 días de actividad física para mejorar el equilibrio.
Sin embargo, si alguna condición afecta nuestra capacidad para cumplir con estos requerimientos, podemos simplemente ser tan activos físicamente como nuestros cuerpos lo permitan.
Incluso si consideramos que es poca, la actividad física en todos los niveles tiene beneficios importantes para la salud. Por lo tanto, es importante incluir algunos ejercicios en nuestra rutina.
Hay ejercicios suaves para adultos mayores con poca movilidad que podemos intentar con ayuda de nuestros familiares para mantener nuestro cuerpo sano.
Incorporar actividades físicas a nuestro estilo de vida también es una de las mejores maneras de beneficiar nuestro cuerpo y mente. Las mejores opciones son caminar, bailar, nadar, andar en bicicleta al aire libre, practicar gimnasia aeróbica de bajo impacto, hacer yoga, entre otras.
Algunos ejercicios aeróbicos y deportes, como el baloncesto, el fútbol o correr con intensidad no son recomendables para todos los adultos mayores. Por lo tanto, es importante consultar con un médico o profesional experimentado para determinar qué actividad es adecuada para nuestra edad.
Cuidar de la salud mental y física es indispensable para vivir bien durante la tercera edad. Por esa razón, el ejercicio es tan importante.
Si lo incorporamos a nuestra rutina, incluso poco a poco, podemos ver cambios y mejoras positivas en nuestro cuerpo y mente, ganar autonomía e independencia y sentirnos a gusto con nosotros mismos.
Para más información, descarga la Guía completa de actividad física y salud mental en la vejez.
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