La dificultad respiratoria, también conocida como disnea, puede tener diferentes causas, desde obstrucción en los conductos de la nariz o la boca hasta alguna enfermedad a nivel pulmonar o cardíaco.
Ya sea que se presente en un momento específico o sea parte de nuestro día a día, la disnea puede afectarnos y llenarnos de ansiedad, ya que puede suponer un riesgo para nuestra salud.
Algunas condiciones como el asma y la insuficiencia cardíaca, pueden causar disnea. En los casos de las enfermedades relacionadas con el corazón, si este órgano vital no es capaz de bombear la suficiente sangre al resto del cuerpo y no tenemos el nivel de oxígeno que necesitamos, también puede aparecer la disnea.
¿Qué podemos hacer en estos casos? ¿Cómo deberíamos reaccionar ante la dificultad para respirar? Antes de responder esas preguntas, repasemos más información sobre la disnea.
También conocida como dificultad para respirar, la disnea es la sensación de que no tenemos o no puede ingresar suficiente aire a nuestros pulmones.
Generalmente, la disnea aparece con respiración difícil o incómoda y una sensación de no estar recibiendo suficiente aire cuando respiramos.
Quienes experimentan disnea también pueden sentir que jadean, que su pecho está apretado o sienten una presión en la zona, y que se esfuerzan para respirar.
Si bien no hay una definición exacta que describa la disnea como un síntoma de otras enfermedades, puede ser un signo de diferentes problemas cardíacos y pulmonares.
La dificultad para respirar también se puede dividir en varias categorías o tipos, incluyendo los siguientes:
Si bien la disnea puede tener diferentes causas, estas son las más comunes:
Además, estas son algunas de las enfermedades que usualmente se vinculan a la disnea:
Como mencionamos, las personas pueden experimentar dificultad para respirar de distintas formas. Sin embargo, usualmente involucra respiración difícil, dolorosa, o incómoda. Otros signos pueden incluir:
Sentir que nuestros pulmones no son capaces de recibir el suficiente aire también puede ser un signo de disnea.
Sin embargo, siempre tenemos que buscar ayuda de un especialista para determinar la causa de la dificultad para respirar que experimentamos.
Lo primero que los médicos hacen para diagnosticar la disnea es revisar la historia clínica de los pacientes y realizar un examen físico, evaluando cuidadosamente los pulmones, las vías respiratorias, y el corazón.
Además, el personal médico puede recomendar algunos exámenes para dar un debido diagnóstico, incluyendo los siguientes:
Si sufres disnea, tu médico de cabecera te recetará el tratamiento adecuado. Usualmente depende de la causa que provoque la dificultad para respirar.
Entre las opciones comunes de tratamiento, está el oxígeno en casa u oxigenoterapia.
Si tú o uno de tus familiares sufre disnea o experimenta uno de los síntomas mencionados arriba, no dudes en buscar ayuda de un profesional médico, especialmente si has sido diagnosticado con alguna enfermedad que pueda afectar tus pulmones o corazón.