Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la demencia y la depresión son dos de los trastornos que más pueden afectar la salud mental en la tercera edad.
Sin embargo, aunque son diferentes, ambas condiciones suelen ser confundidas. ¿Cómo podemos diferenciarlas para poder brindarle la ayuda adecuada a las personas mayores en nuestras familias? Vamos a repasar datos y definiciones clave a continuación.
Las estimaciones más recientes sugieren que al menos 50 millones de personas mayores, (5%) en todo el mundo, vive con demencia senil y se espera que el número suba a 80 millones en 2030 y a 152 millones en 2050.
Mientras tanto, la depresión suele afectar al 7% de la población general mayor, lo que representa alrededor de 63 millones de personas mayores.
Además, se estima que la proporción de adultos mayores en el mundo se duplique antes de 2050, elevando la cifra de personas que enfrentan desafíos relacionados con la salud mental en la vejez.
Especialistas en salud mental también dicen que los síntomas de la depresión y la demencia pueden ser muy similares o, en algunos casos, superponerse.
Sin embargo, es importante aprender a diferenciarlas, ya que ambos trastornos son distintos y requieren tratamientos diferentes en consecuencia. Vamos a conocer los síntomas y características de cada uno.
La depresión se caracteriza por niveles bajos de serotonina, el químico cerebral que se encarga de regular la capacidad de sentir interés en actividades placenteras. Debido a su rol en el bienestar, la serotonina también es conocida como la hormona de la felicidad.
Las personas que no toman las medidas necesarias para cuidar la salud en la tercera edad son más propensas a sufrir depresión. Estos son algunos de los síntomas que pueden indicar que es momento de buscar ayuda:
Contrario a otros trastornos como el delirio, que se caracteriza por un cambio repentino en el estado mental y puede causar confusión o desorientación, la demencia senil es una condición crónica de progresión lenta que afecta la salud mental en las personas mayores.
El término “demencia” no describe una enfermedad sino una amplia gama de síntomas que deterioran ciertas habilidades del pensamiento y suelen afectar los procesos cognitivos y causar pérdida de memoria. De hecho, la enfermedad de Alzheimer es un tipo de demencia.
Los adultos mayores que viven con demencia pueden experimentar delirio, pero ambas condiciones son diferentes. Estos son algunos de los síntomas causados por la demencia:
Como mencionamos, la depresión y la demencia senil comparten ciertos rasgos. Sin embargo, de acuerdo a la Escuela de Medicina de Harvard, estas diferencias nos pueden ayudar a distinguir una de la otra:
Los problemas de salud mental no son una parte normal del envejecimiento. De hecho, estas condiciones suelen estar vinculadas a otras posibles razones como la edad, la jubilación, el deterioro de la salud física, la pérdida de seres queridos, cambio de casa o mudarse a un centro geriátrico, afecciones de salud como el cáncer o la insuficiencia respiratoria aguda, entre otros.
Sin embargo, la calidad de vida de nuestros familiares mayores puede mejorar cuando los ayudamos a abordar estos problemas, cuidamos de su salud física, adaptamos sus hogares para hacerlos más seguros o cubrir algunas necesidades específicas, y buscamos ayuda profesional.
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