¿Necesitas usar un concentrador de oxígeno en casa como parte de un tratamiento para una enfermedad cardíaca o respiratoria? Además de saber usar el dispositivo y seguir las instrucciones del fabricante para su instalación y empleo, debemos seguir algunas recomendaciones de seguridad.
Los concentradores de oxígeno han ganado popularidad como parte de oxigenoterapia, un tipo de terapia respiratoria comúnmente recetada a personas que han sido diagnosticadas con alguna enfermedad o condición que afecte los pulmones, el corazón o el sueño.
Algunas de las enfermedades para las que se suele recetar la oxigenoterapia incluyen las siguientes:
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
- Neumonía
- Ataque grave de asma
- Fibrosis quística
- Insuficiencia cardíaca en etapa avanzada
- Apnea del sueño
Este tratamiento es de gran ayuda para las personas que tienen niveles bajos de oxígeno y necesitan un suplemento continuo de este gas. Por lo tanto, involucra el uso de fuentes de oxígeno, incluyendo los concentradores.
Como han sido diseñados para administrar oxígeno en casa, los concentradores suelen ser seguros. Sin embargo, como mencionamos, es importante seguir algunas recomendaciones de seguridad para evitar accidentes.
Recomendaciones de seguridad al usar un concentrador de oxígeno
- Siempre mantén los concentradores de oxígeno en habitaciones bien ventiladas.
- Evita mantener el concentrador de oxígeno muy cerca de las paredes, muebles y cortinas, ya que estos dispositivos deben ser usados en ambientes con buen flujo de aire.
- No fumes en la misma habitación donde usas el concentrador de oxígeno. Si este gas se acumula, puede favorecer la combustión y causar incendios, especialmente si hay objetos inflamables.
- Identifica adecuadamente todos los equipos usados para administrar oxígeno y los lugares donde se usa.
- No pongas objetos sobre los concentradores de oxígeno, incluso si están apagados o en desuso.
- Mantén los concentradores de oxígeno, o cualquier otra fuente de oxígeno, al menos dos metros alejados de las fuentes de calor, incluyendo radiadores, estufas o calentadores.
- Usa el concentrador de oxígeno en un único enchufe sin adaptadores múltiples. Evita conectar el dispositivo con otros aparatos de elevado consumo.
- Nunca uses un concentrador de oxígeno, u otro dispositivo que administre este gas, en la misma habitación donde usas la estufa o cualquier otro aparato que pueda producir chispas, como secadores de pelo, motores o máquinas de afeitar eléctricas.
- Si usarás el concentrador mientras te duchas (es posible si se usan solo las cánulas nasales o gafas), asegúrate que no hay un calentador con llama piloto en el mismo baño.
- No apliques cremas u otros productos faciales a base de aceite, vaselina, o lacas mientras usas el concentrador de oxígeno y llevas las cánulas puestas, ya que estas sustancias podrían facilitar la combustión y causar quemaduras o incendios. En su lugar, solo si es necesario para tratar irritación o sequedad en los orificios nasales, usa crema hidratante acuosa en lugar de oleosa.
- No alteres la cifra del flujo de oxígeno, usualmente expresada en litros por minuto, sin consultarlo con tu médico.
- Mantén un extintor en la habitación donde usas los concentradores de oxígeno.
- Asegúrate que los concentradores de oxígeno estén en posición vertical y debidamente fijados para evitar accidentes, incluyendo vuelcos accidentales.
- Pon la alargadera por encima del hombro o recógela como una manguera para evitar caídas.
- Desconecta el oxígeno cuando no estés usando las gafas nasales.
- Asegúrate que la habitación donde usas el concentrador de oxígeno tiene una iluminación y señalización adecuada, especialmente durante la noche, para evitar tropiezos cuando te levantes a ir al baño o realizar otra actividad.
- Nunca intentes reparar los concentradores de oxígeno por tu cuenta. Si el dispositivo presenta fallas, contacta al proveedor o fabricante para que lo revisen o reparen.
Los concentradores de oxígeno se han convertido en dispositivos muy populares gracias a su utilidad y practicidad. Sin embargo, tal como sucede con otros aparatos, debemos ser muy cuidadosos cuando los usemos para evitar accidentes.
Si bien el oxígeno no es inflamable por sí solo, este gas puede aumentar la combustión. Por esa razón, la mayoría de los riesgos asociados con estos dispositivos tienen que ver con fuentes de calor y potenciales incendios o explosiones.
Afortunadamente, si sigues las recomendaciones de uso y seguridad, los concentradores de oxígeno son muy seguros y pueden aportar muchos beneficios.
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