Imagina tener a un ser querido en casa que no puede comer, asearse o simplemente entrar o salir de la cama por sí solo. Quieres atenderle, brindarle tu apoyo incondicional, darle de comer, ayudarlo a asearse, o asearlo, y asegurarte de que tenga toda la comodidad que sea posible brindarle. Y quieres lograr todo eso sin terminar con un dolor en tu cadera o espalda o sin arriesgarlo a él o ella a ahogarse comiendo o lesionarse con alguna maniobra durante el aseo.
Esa es la situación en la que se requiere una cama clínica en casa: el caso en que, independientemente de las causas, hay un ser querido que no puede operar con independencia en las tareas básicas de la vida diaria.
La Unión Europea determinó que cerca del 30% de las lesiones que padecen muchos enfermeros se produce al intentar moverlos, por lo cual acometió el proyecto Demonstration action for an easy positioning for patients with reduced mobility (Demostración para facilitar la colocación de pacientes con movilidad reducida), que concluyó con una cama especialmente diseñada para resolver ese problema que fuese más asequible que la mayoría de las ofertas que hay en el mercado. Así de seria es la relación entre la presencia de una cama clínica y la calidad de vida de un paciente con movilidad reducida o inmovilidad.
Todo adulto mayor que presente, ya sea temporal o definitivamente:
En especial, combinados con movilidad reducida o inmovilidad, como en la mayoría de los casos.
También puede ser necesaria una cama clínica para cualquier adulto mayor que se encuentre en recuperación debido a una operación o un accidente.
Una cama clínica está especialmente diseñada para reducir riesgos de lesiones tanto del paciente como del cuidador al proporcionar cuidados básicos como aseo y alimentación a personas con movilidad reducida o inmovilidad, por lo cual ofrece muchas ventajas en comparación con una cama normal:
En conclusión, una cama clínica no es solo un mueble más en el hogar; es una herramienta esencial que transforma radicalmente la calidad de vida tanto de pacientes con movilidad reducida o inmovilidad como de sus cuidadores.
Estas camas no solo ofrecen comodidad y dignidad a los pacientes, sino que también disminuyen el riesgo de lesiones para quienes los cuidan, al facilitar las actividades diarias como alimentar y asear. Para los adultos mayores, especialmente aquellos en recuperación postoperatoria o con condiciones crónicas, las camas clínicas son vitales para prevenir complicaciones como úlceras por presión y mejorar funciones básicas como la respiración y la circulación.
Con opciones como las que ofrece Betten, es posible acceder a camas clínicas que se adaptan a las necesidades económicas y espaciales, asegurando que cada paciente reciba cuidado de calidad en su hogar. Al invertir en una cama clínica, no solo se adquiere un equipo médico avanzado, sino que se garantiza un entorno de cuidado más seguro y confortable para los seres queridos.
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