Opciones para atender la pérdida de audición

Salud del adulto mayor
Mariví Coello

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Cuando un miembro de la familia presenta señales de pérdida de audición, lo primero que hacemos es aclarar nuestras dudas sobre los síntomas, causas y consecuencias de la pérdida auditiva.

Al comprender que no atender esta situación trae consecuencias indeseables y prevenibles, damos el siguiente paso: buscar una solución.

Consultamos al otorrino y hacemos los estudios que solicita. Al recibir sus recomendaciones, nos surgen preguntas como “¿Por qué unos audífonos?”, ”¿No es más eficaz una cirugía?” o  “¿Un implante no es más seguro?”.

Claramente, la persona idónea para responder a todas esas interrogantes es tu médico tratante. Por eso, te invitamos a no tener ningún tipo de reparo en planteárselas. 

Pero si lo que quieres es tener una idea general de cuál es la solución auditiva adecuada para cada caso, lee hasta el final.

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Descubre por qué es indispensable preservar la audición

La solución auditiva idónea

La pérdida de audición no tiene por qué ser una condena; hay una solución para cada caso. Aquí las más conocidas para noviembre de 2025: 

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  • Audífonos. Son la solución más popular y económica y, por lo general, la primera en adoptarse. Idóneos para quienes conservan algo de audición e ineficaces si esta se ha perdido totalmente. En general, consisten en tres dispositivos: uno que capta el sonido, un amplificador-batería y un altavoz que suele ir inserto en el canal auditivo. Son muy especializados: mientras unos son capaces de amplificar todos los sonidos sin distingos, otros amplían solo frecuencias sonoras específicas (como los sonidos agudos, por ejemplo). Existen también algunos especialmente diseñados para mejorar la escucha al teléfono. Su lugar de colocación es variable: 
    • Detrás de la oreja. Es el más potente, aunque también el menos estético. Se adapta a varios niveles y tipos de pérdida auditiva. Suele ser también el más asequible.
    • Dentro del oído. La mejor elección en casos de pérdida de audición grave; es fácil de ajustar, pero difícil de usar al teléfono. 
    • En el interior del conducto auditivo. Idóneo para casos de pérdida auditiva entre leve y moderada. Son relativamente discretos. Hay modelos aún más discretos que se insertan más al interior del conducto y se extraen con un cordón, son prácticamente indetectables y ofrecen máxima comodidad al teléfono. Estos últimos son también los más costosos y difíciles de ajustar.

 

  • Implantes. Se utilizan cuando los audífonos no funcionan o funcionan parcialmente (por ejemplo, que el usuario no logre comprender más de 30% de las palabras que escucha, incluso con audífonos). Al igual que los audífonos, son muy diversos y cada modelo atiende necesidades específicas: 
    • Cocleares. Idóneos para pérdidas de audición recientes o para quienes logran mejorar su audición con audífonos al menos parcialmente. Constan de dos partes: un micrófono con un procesador de sonido que va detrás de la oreja y un implante que se coloca debajo de la piel y contiene los cables que van hasta la cóclea (órgano diminuto en forma de caracol ubicado en el oído interno). Se requiere una intervención quirúrgica para colocar este implante, así como vigilancia constante una vez insertado.
    • De tronco encefálico. Cuando los nervios del oído que transmiten el sonido están dañados, y los audífonos e implantes cocleares no funcionan, este es el procedimiento que corresponde. Consiste en un micrófono externo y un procesador que convierte las ondas de sonido en señales eléctricas y un grupo de cables que depositan las señales directamente en el tronco encefálico. Se requiere que el tronco encefálico esté saludable y funcional, y se necesita una cirugía para aplicar esta solución.
    • De oído medio. Pensados para pacientes con pérdida auditiva, conductiva o mixta que no pueden adoptar cirugía reconstructiva o audífonos o que no logran mejorar su audición con esas opciones. Se implantan quirúrgicamente, funcionan estimulando los huesos del oído medio y requieren que la cóclea y el nervio auditivo funcionen.
    • Osteointegrados. Indicados para pacientes con hipoacusias conductivas, consisten en la colocación, quirúrgica, de un dispositivo subcutáneo que transmite vibraciones al hueso del cráneo; estas son percibidas por el oído interno como sonido. Se necesita suficiente sensibilidad auditiva en al menos un oído interno, aunque haya un nivel de audición diferente en el otro.

 

  • Cirugía. Consiste en la corrección de causas anatómicas o fisiológicas de la pérdida de audición y es indicada por el médico especialista luego de la consulta y los estudios correspondientes. Existen diversas cirugías de oído, que buscan atender diferentes necesidades. Por ejemplo: sondas para secar el líquido excesivo que bloquea el sonido; timpanoplastia, para reparar perforaciones en la membrana timpánica; o restauración de la cadena de huesecillos; entre otras.

 

  • Medicamentos. La metilprednisolona intratimpánica es un medicamento con corticoides que se pone con una inyección directamente en el oído medio para tratar afecciones como pérdida auditiva neurosensorial súbita, la enfermedad de Ménière o el tinnitus resistente a tratamientos. No hay evidencia de la eficacia de otros medicamentos para la pérdida auditiva. En todo caso, es tu médico quien sabe si dispones de algún medicamento que pueda servir para tu caso específico, así que escucha y cumple sus indicaciones.

 

  • Otras recomendaciones. Además de las tecnologías auditivas, como audífonos e implantes, la OMS propone:
    • Ofrecer a las personas con pérdida auditiva servicios de apoyo y terapia de rehabilitación para potenciar la eficacia de estas soluciones.
    • Propiciar que el paciente domine diversos métodos de sustitución sensorial, como la lectura labiofacial, y la lengua de signos.
    • Ofrecerle terapia de foniatría y logopedia; implementar el método Tadoma y adoptar servicios de subtitulado para ayudar a preservar su comunicación e independencia. 

Mira por qué es necesario preservar la audición

Un paciente, una solución

De todas las opciones, hay una que se adapta mejor a cada caso en particular. 

La idoneidad de una opción en un caso en específico dependerá del tipo y grado de pérdida auditiva, la salud general del paciente, su presupuesto, su disposición a adoptarla y, muy especialmente, de la opinión del médico tratante.

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