Muchas casas en Chile, especialmente las más antiguas o ubicadas en terrenos con desniveles, cuentan con escalinatas como acceso principal. Esta característica, aunque tradicional y estéticamente atractiva, presenta un desafío significativo para personas con movilidad reducida, quienes encuentran limitadas sus opciones para acceder a sus hogares.
Ventajas de adquirir una rampa plegable para tu adulto mayor
Contar con una rampa de acceso para un adulto mayor en Chile representa:
- Independencia y autonomía para el adulto mayor. Las rampas permiten a las personas en silla de ruedas acceder a sus hogares de manera autónoma, sin depender de la ayuda de terceros. Así podrán visitar cualquier lugar de su elección, hacer sus propias compras o simplemente disfrutar del paisaje.
- Menor presión para la familia. La familia podrá estar más tranquila de que, aunque con frecuencia el adulto mayor requerirá aún de su apoyo y compañía, el abuelo en silla de ruedas no dependerá al cien por ciento de sus cuidadores.
- Calidad de vida. La movilidad es fundamental para mantener la buena salud física y mental del adulto mayor: el músculo es una estructura clave tanto para la fuerza y el movimiento como para procesos biológicos fundamentales, como la metabolización de grasas y azúcares; mientras que la posibilidad de moverse de manera autónoma es sumamente beneficiosa para la autoestima y salud mental general del adulto mayor.
- Economía y practicidad. Las rampas plegables son una solución más económica y práctica que las remodelaciones, las cuales, además, alteran la arquitectura de la casa.
Una solución realista
Este desafío arquitectónico no es ni exclusivo de Chile ni tampoco nuevo. En muchos países aún se debate la forma idónea de implementar soluciones arquitectónicas inclusivas para las personas con movilidad reducida. En Chile, se trabaja en ello desde hace décadas, siendo la Ley 20.422 uno de los mayores avances en esta materia.
Aun así, la diversidad geográfica y cultural de Chile ha dado lugar a una gran variedad de diseños de viviendas, desde los que incluyen escalinatas empinadas y estrechas en zonas rurales hasta los que utilizan escalinatas más anchas y ornamentadas en sectores urbanos. Pero pocos diseños han sido pensados para responder a las necesidades concretas de quienes se desplazan en sillas de ruedas.
Ante este panorama, mientras se continúa el trabajo en diversas soluciones macro, orquestadas −al menos idóneamente− por hacedores de políticas públicas, las familias de los adultos mayores en silla de ruedas deben encontrar soluciones eficientes para su realidad concreta.