Administrar oxígeno en casa de forma segura depende de las necesidades de cada paciente. Ya que todos los casos son diferentes, tenemos que consultar con un doctor las indicaciones debidas para administrar este tratamiento.
Otros aspectos pueden influir en la forma en la que debemos administrar oxígeno, incluyendo la edad del paciente, tipo de enfermedad, pronóstico y nivel de actividad física.
Además, los requerimientos también pueden variar en función del dispositivo que usemos. Por esa razón, es indispensable escoger el adecuado.
Algunas fuentes de oxígeno son estáticas mientras que otras son portátiles, por ejemplo. Veamos las características de cada una.
Entre las fuentes de oxígeno estática que podemos encontrar, están las siguientes:
Estos dispositivos son de metal y han sido diseñados para almacenar oxígeno de forma gaseosa a alta presión. Por lo tanto, requieren manorreductores para disminuir el flujo al momento de administrarlo.
Los cilindros presurizados suministran una concentración de oxígeno del 99%. Además, no dependen del suministro eléctrico, deben ser recargadas con frecuencia y están disponibles en diversos tamaños.
Oxígeno líquido
Otros dispositivos han sido creados para almacenar oxígeno comprimido y enfriado a bajas temperaturas pero en su forma líquida. Generalmente, pesan alrededor de 40 kg pero tienen ruedas para poder desplazarlos.
Estos cilindros proporcionan una concentración elevada del 99%. Además, no dependen del suministro eléctrico y requieren recarga periódica.
Es importante ser muy cuidadosos al usar oxígeno líquido, ya que la exposición a las bajas temperaturas que suele tener este gas puede causar quemaduras.
Estos aparatos se han vuelto muy populares por su versatilidad. Si bien los modelos estáticos pesan alrededor de 15-30 kilos, la mayoría tiene ruedas integradas para facilitar el traslado.
Los concentradores de oxígeno extraen el oxígeno del aire a través de una reacción electroquímica que separa el oxígeno del nitrógeno. Por lo tanto, no requieren recargas.
Este dispositivo suele suministrar concentraciones de oxígeno de alrededor de 90-95% con flujos de hasta 5-10 litros por minuto.
Sin embargo, a diferencia de los modelos anteriores, dependen del suministro eléctrico, así que podríamos necesitar algún modelo con batería u otra fuente de alimentación.
Además, tenemos algunas fuentes de oxígeno portátiles que podemos usar para suministrar oxígeno en casa o en cualquier otro lugar. Estas son:
El funcionamiento de estos concentradores de oxígeno es igual, pero tienen un menor tamaño y usan baterías recargadas para algunas horas de autonomía cuando tenemos que trasladarnos a otro lugar.
A diferencia de las unidades estacionarias, las concentraciones de oxígeno suelen ser más bajas, alcanzando alrededor del 90%. Además, estos dispositivos administran hasta 3 litros por minuto.
Estos dispositivos pequeños tienen aleación ligera y solo suelen ofrecer autonomía por alrededor de cuatro horas. Sin embargo, pueden ser muy útiles para las salidas cortas u ocasionales.
Para usar este dispositivo, tenemos que recargarlo en el tanque de oxígeno domiciliario, también conocido como tanque nodriza, y suministra de 1 a 6 litros de oxígeno por minuto.
Las mochilas de oxígeno líquido han sido diseñadas para ofrecer mucha más autonomía, por lo que suelen durar alrededor de 6 o 7 horas. Además, no administran flujo continuo sino a demanda, por lo que son consideradas ahorradoras de oxígeno.
Como mencionamos, los concentradores de oxígeno están entre los dispositivos de suministro de oxígeno en casa más populares y funcionales. Por esa razón, es importante entender cómo usarlos para administrar este gas.
Generalmente, los concentradores de oxígeno proveen el suministro requerido a través de los siguientes accesorios:
Estos dispositivos no requieren recargas de oxígeno cada cierto tiempo, ya que toman el aire de la habitación para extraer el oxígeno.
Sin embargo, es importante mantenerlo conectado a una fuente de electricidad alejada unos centímetros de la cama. Además, debemos esperar unos minutos para que empiece a funcionar debidamente, ya que puede requerir alrededor de media hora para suministrar las cantidades de oxígeno exactas.
La terapia respiratoria con oxígeno se ha convertido en uno de los tratamientos más efectivos para las personas que sufren enfermedades pulmonares y cardíacas. Afortunadamente, hay muchos dispositivos que podemos usar para suministrar este gas esencial si estamos en casa.
Todos tienen sus beneficios y pueden proveer las concentraciones de oxígeno suficientes para óptimos resultados. Sin embargo, debemos escoger la que mejor se adapte a nuestras necesidades y requerimientos médicos.
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