Cuando tienes a un familiar que requiere una cama clínica en casa, quieres asegurarte de que no ocurra ningún tipo de accidente que complique su salud o la de algún familiar, en especial su cuidador.
Para ello, es necesario asegurarte de que todas las piezas de la cama estén en perfecto estado y funcionen correctamente.
Consejos para garantizar el buen funcionamiento de una cama clínica
Para que una cama clínica se mantenga funcionando sin inconveniente y, por ende, ofrezca seguridad al adulto mayor, es necesario supervisar, cuidar y garantizar el buen funcionamiento de sus partes clave:
- Ruedas. Deben poder avanzar de manera fluida en la dirección hacia la que se empuje la cama, y solo cuando se empuje; y no deben tener tendencia a trabarse o a soltarse cuando no se desee. Hay que mantenerlas limpias de polvo y suciedad, en especial cabellos; y debidamente aceitadas, solo en su interior y nunca en la parte externa, la de goma.
- Frenos. Deben estar en perfecto estado, para brindar todo el agarre necesario en el momento en que el adulto mayor entre o salga de la cama, en especial si lo hace por sí solo.
- Barandas y paneles. Deben poder subir y bajar con seguridad y facilidad cuando se requiera; y mantenerse firmes cuando no se requiera. Si se traban o no se mantienen firmes, es necesario lubricar o fijar lo que haga falta para que vuelvan a funcionar como debe ser.
- Componentes del sistema eléctrico. Los motores, controles y todos los cables deben estar en buen estado para que conduzcan la electricidad fluidamente y evitar accidentes como cortos circuitos o descargas eléctricas al usuario. Deben mantenerse libres de humedad y suciedad.
- Partes mecánicas. Todas las piezas de la cama que participan en el movimiento deben estar suficientemente lubricadas, en su parte interna, y libres de óxido y suciedad (polvo, cabellos, derrames de cualquier líquido), a saber: uniones o engranes que permiten los dobleces del somier para inclinar piernas y torso; los que hay bajo el somier para ajustar la altura de la cama con respecto al piso; y los que permiten abatir barandas y paneles.
- Tornillos, remaches y demás piezas de fijación. Deben estar libres de óxido y encontrarse perfectamente ajustados.
- Manivelas de inclinación. En el caso de las camas manuales, es sumamente importante que las manivelas con que se ejecutan lo movimientos de inclinación del torso y las piernas estén enteras, con sus mangos intactos y fijos, debidamente lubricadas y puedan guardarse por completo sin quedar salientes por los alrededores de la cama.
Asimismo, la cama clínica no debe tener ningún tipo de piezas salientes (por ejemplo, manivelas mal plegadas o residuos de accesorios como porta sonda urinaria mal removidos), mucho menos si son punzantes o cortantes, para evitar lesiones tanto del paciente o del cuidador.
Recuerda que una falla de cualquiera de los componentes de una cama clínica puede representar un accidente, o una lesión, que complique el estado de salud del adulto mayor, de algún familiar o de su cuidador, lo cual queremos evitar a toda costa.
Bioseguridad en una cama clínica
Es muy importante evitar cualquier infección producto de prácticas inadecuadas de higiene en la cama clínica. Para ello, es crucial:
- Cambiar las sábanas con regularidad −de preferencia a diario, en especial, si el paciente pasa todo el día en la cama−, lavarlas con detergentes antibacteriales y guardarlas bien secas y protegidas del polvo.
- Limpiar regularmente el colchón y mantenerlo protegido de derrames. De ser posible, utilizar un protector de colchón antiácaros debajo de las sábanas, el cual también deberá lavarse regularmente.
Tener una cama clínica en casa se trata de mucho más que simplemente elegirla e instalarla. Hay que saber usarla y cuidarla para garantizar su debido funcionamiento, que es la garantía fundamental de seguridad.
Si sigues todos estos consejos, podrás mantener la cama clínica de tu adulto mayor en perfecto funcionamiento y ofrecerle las mejores condiciones.
