Cuando nos sentimos muy estresados o preocupados y experimentamos mucha tensión a lo largo del día, la meditación puede ser de gran ayuda. Incluso si solo dedicamos unos minutos a esta actividad, meditar fomenta la calma y paz interior.
Además, cualquier persona puede meditar en cualquier lugar y sin usar algún tipo de equipo especial, lo que hace que esta práctica sea perfecta para adultos mayores.
La meditación es una de las mejores prácticas para reducir el estrés y la ansiedad. Además, ofrece muchos otros beneficios para nuestra salud mental y emocional, incluyendo los siguientes:
Además, según algunas investigaciones, la meditación podría ayudar a controlar los síntomas de varias afecciones, como el asma, la enfermedad cardíaca, el dolor crónico, el síndrome de colon irritable, las cefaleas tensionales y muchas más.
¿Qué necesitamos para meditar?
Existen diferentes tipos de meditación y cada uno puede incluir diferentes elementos para mejorar la forma en la que ejecutamos esta práctica o maximizar sus beneficios. Sin embargo, esto es lo que generalmente necesitamos para meditar:
Incorporando el hábito de la meditación a nuestra rutina
Ya que no necesitamos herramientas o espacios especiales para meditar, incorporar esta práctica a nuestro día a día puede ser muy sencillo. Además, no debemos estresarnos por medicar “de forma correcta” o por “la cantidad de tiempo adecuada.”
Solo necesitamos unos minutos de meditación de calidad al día para disfrutar de todos los beneficios de esta actividad.
Estos son algunos ejemplos de lo que podemos hacer para incorporar el hábito de la meditación a nuestro día a día.
Respirar es una función natural que puede aportar muchos beneficios si implementamos la técnica correcta. Solo tenemos que dirigir nuestra atención a la respiración y concentrarnos en nuestros sentidos mientras escuchamos como inhalamos y exhalamos por la nariz despacio.
Podemos implementar esta técnica en cualquier lugar donde podamos caminar en calma, como un parque o bosque silencioso.
Nuevamente, tenemos que enfocar nuestra atención en nuestra respiración y en el movimiento de nuestras piernas o pies, reduciendo la velocidad de la caminata. Podemos repetir algunas palabras como “mover” o “levantar” para mejorar nuestra concentración, dirigiendo nuestra atención a lo que vemos, escuchamos y olemos.
Crear nuestro propio mantra para meditar también es muy fácil. Muchas personas usan oraciones religiosas o de tradición. Solo tenemos que repetirlos mientras centramos nuestra atención en lo que decimos y escuchamos.
En un lugar tranquilo, podemos observar detalladamente nuestro cuerpo como forma de meditación, dirigiendo nuestra atención a cada área y sus respectivas sensaciones. Si combinamos esta técnica con ejercicios de respiración, los resultados serán aún mejores.
Ciertas lecturas, como los poemas o textos sagrados, también pueden ayudarnos a meditar si nos concentramos en entender y reflexionar sobre sus significados.
La meditación puede ser uno de los mejores hábitos para las personas en la tercera edad, ya que beneficia la salud física y mental. Además, podemos incorporarlo fácilmente a nuestra rutina a través de actividades sencillas como caminar, leer, respirar y rezar.
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