¿Piensas que todos vemos las cosas diferentes a medida que envejecemos? Pues, estás muy cerca de la realidad. La forma en la que nuestros ojos perciben la luz cambia a medida que envejecemos.
Por lo tanto, mantener una buena iluminación en todos los espacios del hogar es esencial si cuidamos de adultos mayores, ya que nos puede ayudar a evitar caídas y otros riesgos, hacer la estancia en la casa más placentera y mejorar el ambiente para ciertos tipos de actividades, como la lectura.
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Según información publicada en el boletín mensual de los Institutos Nacionales de Salud, parte del Departamento de Salud y Servicios Humanitarios de los Estados Unidos, esto sucede debido a que los pequeños músculos que controlan el tamaño de la pupila de los ojos se debilitan con el paso del tiempo.
En consecuencia, la pupila se hace más pequeña y pierde sensibilidad a los cambios de luz. Por esa razón, y este es otro dato muy importante que debemos tener en cuenta, los adultos mayores de 60 años necesitan tres veces más luz para leer cómodamente que los jóvenes. Las personas en la tercera edad también tienen más dificultades para ver de noche debido a este hecho.
Además, a medida que envejecemos, también experimentamos cambios en el tiempo que tardamos adaptándonos a los diferentes niveles de iluminación, menor agudeza visual, alteraciones en la percepción del color, menos sensibilidad al contraste y más.
La iluminación de la casa debe responder a las necesidades de cada persona y las características del espacio. Sin embargo, podemos seguir algunas reglas generales para obtener mejores resultados. Estas son:
La iluminación inadecuada tiene múltiples efectos negativos en el ser humano, ya que causa fatiga ocular, estrés, dolor de cabeza, cansancio y más.
Ya que el sistema visual tiene un rol importante en cómo mantenemos el equilibrio, los problemas de iluminación pueden causar caídas y tropiezos, representando riesgos importantes para el adulto mayor.
Por esa razón, también podemos considerar los siguientes consejos:
Ambos tipos de luz tienen sus propios beneficios. La luz cálida genera una sensación familiar, haciendo que las personas se sientan como en casa. Además, es más natural. Mientras tanto, la luz blanca emite un color azulado que favorece muchas tareas cotidianas.
La luz cálida también es más compatible con el ritmo circadiano, ya que estimula la producción natural de melatonina para inducir el sueño. En contraste, la luz artificial mantiene el cerebro activo y despierto.
El ambiente tiene un impacto importante en las emociones y el estado de ánimo de los adultos mayores. Por esa razón, es importante considerar aspectos como el color y la iluminación.
Entonces, ¿cuál es la mejor opción? Idealmente, debes evaluar las necesidades del adulto mayor para tomar una decisión. Sin embargo, se recomienda mantener la iluminación en el rango “cálido” para crear un ambiente más natural, relajante y acogedor.
A través de la luz, podemos hacer que nuestra casa sea más segura, cómoda y acogedora para los adultos mayores. Por esa razón, es importante considerar los aspectos clave, como el tipo de iluminación, los mejores accesorios y cómo podemos instalarlos en espacios críticos.
Sin embargo, independientemente de nuestra decisión en relación con estos aspectos, es indispensable mantener la luz uniforme y constante.
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