¿Te has preguntado si tu adulto mayor en silla de ruedas no desea poder visitar a vecinos y familiares o hacer sus propias compras? ¿Has comprobado si en efecto puede hacerlo o definitivamente no?
Lograr que un adulto mayor en silla de ruedas salga de casa potencia la movilidad con la que aún cuenta −un factor clave para mantener su salud física− y protege su salud mental.
Claramente, salir en silla de ruedas puede resultar un reto en muchos países, pero no es necesariamente una misión imposible. Además, los beneficios que le aporta al adulto mayor salir de casa valen cualquier esfuerzo.
Ya sea en silla de ruedas o con ayuda de cualquier otro aparato como bastones, andadores o scooters, poder moverse fortalece procesos biológicos tan esenciales como la circulación, la regulación de la temperatura y de los niveles de azúcar en sangre, la respuesta inflamatoria y la metabolización de grasas y carbohidratos.
En lo relativo a la salud mental, poder hacer sus propias compras, visitar los lugares de su elección, o simplemente tomar el sol y el aire y disfrutar del paisaje ayudan a controlar afecciones como la depresión y la ansiedad, fortalece la autoestima y mantiene la participación social.
La Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) define la discapacidad como el resultado de “la interacción entre las personas con deficiencias y las barreras (…) que evitan su participación plena (…) en igualdad de condiciones con las demás.”
Es decir, las personas que enfrentan limitaciones de cualquier tipo para desempeñarse al igual que el resto de la población requieren de diversos esfuerzos de la sociedad para garantizar su participación social plena.
En ese sentido, Chile ha logrado avanzar hacia una infraestructura más inclusiva en las últimas décadas, especialmente en las principales ciudades:
Sin embargo, aún existen desafíos y brechas que deben ser abordados para garantizar una plena inclusión, siendo los principales la desigualdad regional y la falta de mantenimiento. Es decir, aún faltan adaptaciones físicas en zonas más remotas y menos pobladas, mientras que las que sí se hacen en las principales ciudades no reciben el mantenimiento necesario para garantizar su pleno funcionamiento sostenido en el tiempo.
Consejos para una mejor circulación en silla de ruedas en Chile
Más allá del vecindario
Hoy día comienzan a notarse, aunque tímidamente, resultados de varios esfuerzos de la sociedad chilena por garantizar la libre circulación del ciudadano con movilidad reducida.
Aun así, sigue siendo importante que la familia y la comunidad se involucren en actividades que lleven a la construcción de nuevas rampas, la adaptación de unidades de transporte público y aceras, y la creación de leyes que garanticen el acceso del adulto mayor a establecimientos como farmacias, panaderías y centros comerciales, así como su libre tránsito por espacios comunes de las poblaciones, en especial en las zonas menos urbanizadas.
Algunas de esas actividades podrían ser cabildos, envío de cartas a autoridades y legisladores, y exposición de la realidad local en medios, entre otras.
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