Una silla de ruedas puede ser de gran ayuda para adultos con diabetes y movilidad limitada, ya que estos dispositivos pueden ayudarnos a mantener nuestra independencia, darnos autonomía y mejorar nuestra calidad de vida.
Sin embargo, con tantas opciones disponibles en el mercado, escoger una silla de ruedas puede ser más complicado de lo que pensamos. ¿Qué debemos considerar para comprar el modelo ideal? ¿A qué aspectos tenemos que prestarle atención para tomar una buena decisión?
Nosotros te guiaremos a través de tu proceso de compra para ayudarte a seleccionar una silla de ruedas que se adapte perfectamente a las necesidades de una persona de la tercera edad que vive con diabetes y movilidad reducida. ¡Sigue leyendo!
Como explica el Servicio Nacional de Discapacidad, las sillas de ruedas son recomendadas para las personas que tienen algún grado de dificultad para desplazarse. Esta condición también es conocida como “movilidad limitada” y puede ser causada por alguna enfermedad o evento traumático, como amputaciones o accidentes, especialmente en la tercera edad.
Aunque la pérdida de movilidad no es un síntoma propio de la diabetes, los adultos mayores que viven con esta enfermedad pueden experimentar fatiga, desarrollar afecciones como el pie diabético o la neuropatía diabética y experimentar una reducción en la habilidad del cuerpo para luchar contra las infecciones o heridas.
Estos problemas de salud pueden provocar hormigueo, entumecimiento y pérdida de sensibilidad o, en el peor escenario, complicaciones graves que requieran amputación. En estos casos, los pacientes diabéticos podrían necesitar ayudas para la movilidad, como las sillas de ruedas.
Algunos médicos también recomiendan el uso de las sillas de ruedas cuando los adultos mayores con diabetes tienen alguna herida o úlcera en los pies para reducir el riesgo de complicaciones.
Si un adulto mayor con diabetes tiene problemas de movilidad y requiere del uso de una silla de ruedas, es importante considerar los siguientes aspectos para escoger una buena opción:
Ya que los pacientes diabéticos son más propensos a sufrir daños en la piel a causa de problemas de circulación, las úlceras por presión son comunes y pueden llevar a complicaciones graves.
Por esa razón, es indispensable escoger una silla de ruedas cómoda que minimice los puntos de presión y reduzca el riesgo de llagas u otras heridas en la piel.
Además, en términos de comodidad, una silla de ruedas debe tener lo siguiente:
Como mencionamos, los pacientes diabéticos suelen necesitar sillas de ruedas cuando esta enfermedad causa complicaciones en las extremidades inferiores. Por lo tanto, es importante escoger un dispositivo con reposapiés u otros accesorios que proveen un buen soporte a las piernas para promover la circulación y evitar la hinchazón.
Las necesidades de los pacientes con diabetes pueden evolucionar con el tiempo, por lo que elegir una silla de ruedas que pueda adaptarse a estos cambios es indispensable para garantizar comodidad y funcionalidad a largo plazo.
Idealmente, las partes principales de una silla de ruedas deben ser ajustable según lo siguiente:
Una silla de ruedas debe ser fácil de usar y maniobrar para proveer una sensación de control e independencia. Aunque es recomendable considerar la fuerza y la coordinación de la persona que usará este dispositivo, los diseños livianos pueden ser excelentes opciones.
Si es resistente y está bien diseñada, una silla de ruedas garantizará un uso prolongado y minimizará la necesidad de reemplazos, lo cual puede ser muy beneficioso para pacientes con diabetes y problemas de movilidad.
Los siguientes consejos pueden hacer que el uso de una silla de ruedas sea más seguro para una persona con diabetes:
Aunque una silla de ruedas puede ser de gran ayuda para las personas con movilidad limitada, mantenerse activo sigue siendo esencial para las personas de la tercera edad, especialmente para diabéticos.
Si vivimos con esta condición, debemos consultar con un médico sobre las opciones seguras de ejercicios que podemos incorporar a nuestras rutinas.