Se estima que para 2020, 6 de cada 10 pacientes que ocupen una cama de hospital serán adultos mayores de 65 años, esto principalmente debido al aumento en la esperanza de vida. Además de la responsabilidad que esto implica, mantener la autonomía en adultos mayores se convierte en algo esencial para la operación ya sea en casa o en los hospitales.
Hoy en Chile hay 56.8 adultos mayores de 65 años por cada 100 personas de 0 a 14 años, lo que se traduce en que durante los próximos años, habrán mucho más adultos mayores que gente joven para cuidarlos.
Cuando un adulto mayor mantiene su autonomía, puede hacer por sí mismo actividades de la vida cotidiana como levantarse, vestirse, alimentarse, bañarse y más, sin necesidad de ayuda. Esto ayuda a que se sienta útil, mejorando su estado de ánimo y salud mental.
Es por eso que alentarlos y fomentar su autonomía tiene efectos positivos tanto para el adulto mayor, como para su familia. Estas son algunas cosas que pueden hacer.
Hay algunos cambios en la casa que le facilitan la movilidad e independencia de actividades simples, por ejemplo poner barandales, para que pueda levantarse del baño o bañarse solo; suelos antideslizantes en el baño, para evitar accidentes; eliminar obstáculos que dificulten los movimientos o puedan ser un riesgo de accidentes con el fin de tener un lugar seguro. Cualquier escalera o escalón debe ser evitado a toda costa, porque si bien ahora no es un impedimento, con los años seguro será uno.
La tecnología puede hacer aún más fácil que un adulto mayor tenga un entorno que fomente su independencia. Existen productos que pueden aspirar el piso, cámaras con sensores de movimiento para monitorear su estado y hasta dispositivos que pueden portátiles que pueden mantener un informe de su estado de salud.
Claro que necesitan que se supervise algunas actividades y que alguien esté al pendiente, pero resolverles todo en realidad los perjudica mucho más de lo que les ayuda. Conforme un adulto mayor ve que le resuelven tareas básicas, empieza a perder la confianza en sí mismo y esto hace que su autonomía se vea afectada. Antes de ayudarlo a realizar una tarea (por más simple que sea), es importante ver si puede o no hacerlo por sí mismo, por ejemplo: bañarse, cambiarse o comer.
Es posible sea más lento o haga las cosas con menos agilidad que en sus años dorados, pero es importante que siga realizando sus actividades y se anime a seguir con sus labores el mayor tiempo posible sin ayuda. Si sabes que puede realizar alguna tarea solo, recordárselo y animarlo a repetirlo es mejor que hacerlo por él.
Es una forma de hacerle saber que su opinión se sigue tomando en cuenta y que es respetada igual que la de otros integrantes de la familia. Acepta sus decisiones siempre y cuando sepas que no lo van a poner en un peligro. Por ejemplo, aunque sepas que le hará mucho bien, no le puedes pedir a una persona que lleva fumando los últimos 50 años, que deje de hacerlo a sus 85.
Impúlsalo a tener relaciones sociales con otras personas fuera del entorno familiar, pueden ser sus vecinos, amigos o conocidos con los que pueda compartir un tiempo para platicar o simplemente pasar el rato sin sentir que lo están vigilando. Para fomentar esto, pueden participar en un club donde se reúna con otras personas a jugar cartas o dominó.
Hacerlo le ayuda a recordar los pendientes que tiene que hacer por sí mismo en el día. Por ejemplo, regar las plantas, tomar alguna pastilla, estudiar algo o hacer alguna actividad al aire libre como salir a caminar.
Como puedes ver, la autonomía en adultos mayores es más fácil de lograr si se planea y organiza una estrategia. No puedes pedir a un adulto mayor que sea independiente en una casa de 3 pisos o que haga sus propias actividades mientras lo supervisan a cada paso que da.
Entre más tiempo sea autosuficiente, mejor será su calidad de vida y más llevaderos serán los años que están por venir.
Conoce más con la guía: Ayuda a tu adulto mayor a estar cómodo y activo.
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