Según datos de la Federación Internacional de Diabetes (FID), 1 de cada 9 personas de entre 20 y 79 años padece diabetes, y al menos 4 de cada 10 ni siquiera saben que tienen esta enfermedad, la cual es una de las principales causas de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, ceguera, enfermedad renal e incapacidades asociadas.
Por eso, se hace indispensable contar con recursos que ayuden a identificar y gestionar riesgos y crisis en el momento justo. Este artículo lo dedicamos a un dispositivo fundamental en la gestión de una de las condiciones crónicas más prevalentes en el mundo: el glucómetro de uso doméstico.
Pedro, de 50 años, salió un poco más temprano del trabajo y decidió pasar a ver a su madre, doña Camila, de 80. La encontró pálida, con las manos frías, y un comportamiento extraño: lo miraba con dificultad para reconocerlo, observando la casa como si no supiera dónde estaba.
“Mamá está desorientada,” pensó Pedro, alarmado. Rápidamente recordó que en las últimas semanas ella se había estado quejando de sed excesiva y fatiga. Además, a su tía Luisa —hermana de Camila— le habían diagnosticado diabetes tipo 2 el año anterior.
Sin pensarlo dos veces, Pedro fue al botiquín y encontró un glucómetro que Luisa había olvidado durante una visita familiar. Se acercó a Camila, le pinchó el dedo, y se llevó un susto: el aparato marcó 126 mg/dL.
Llamó de inmediato a una ambulancia, y gracias a su rápida reacción, Camila fue atendida y estabilizada a tiempo en el centro de salud más cercano.
Que Pedro haya salido temprano fue una suerte. Pero más decisivo aún fue el hecho de que supiera cómo actuar y tuviera a mano el instrumento adecuado. Incluso en la sala de urgencias, el dato que entregó sobre la lectura del glucómetro ayudó al personal médico a intervenir más rápido.
Un glucómetro, o medidor de glucosa en sangre, es un dispositivo electrónico que permite a las personas con diabetes (y en ocasiones a otras con condiciones específicas) monitorear sus niveles de azúcar de forma rápida y precisa, desde casa.
Su funcionamiento es simple pero ingenioso, y se resume en tres pasos:
Estas mediciones son vitales para saber si el azúcar está en niveles normales, altos (hiperglucemia) o bajos (hipoglucemia), permitiendo tomar decisiones informadas sobre alimentación, ejercicio o medicamentos.
Todos los glucómetros cumplen la misma función, pero existen distintas versiones:
En Chile, los glucómetros varían bastante en precio. Modelos populares cuestan alrededor de $50.000 CLP, aunque también hay versiones genéricas desde $10.000 CLP que pueden cumplir bien su función.
Lo más importante es que cumplan con normativas sanitarias chilenas e internacionales. En situaciones de urgencia, es clave comprar a proveedores autorizados y con trayectoria comprobada.
Entre las marcas más comunes en el país se encuentran: Accu-Chek, Yuwell, On Call, One Touch, FreeStyle, Caresens, Prodigy, además de marcas genéricas. Las tiras reactivas, necesarias para cada medición, cuestan entre $10.000 y $25.000 CLP por pack.
¿Cómo elegir el más adecuado?
Antes de comprar, considera no solo el precio inicial del equipo, sino también la disponibilidad y el costo de las tiras reactivas, que serán tu gasto habitual. Siempre consulta con un médico o especialista en diabetes para elegir el glucómetro que mejor se adapte a tus necesidades y frecuencia de uso.
Invertir en un buen glucómetro es invertir en control, tranquilidad y mejor calidad de vida.