A medida que nos adentramos en la vejez, podemos enfrentar diferentes problemas de movilidad reducida por diferentes razones. Nuestros cuerpos se debilitan, perdemos el equilibrio, o sufrimos accidentes.
En estos casos, los artículos de movilidad o ayudas técnicas, como las muletas, los andadores, y los bastones pueden ser excelentes herramientas para desplazarnos de forma segura y poder disfrutar de mayor independencia o autonomía.
Sin embargo, cada alternativa es diferente. ¿Cómo sabemos cuál es la correcta para nosotros o los adultos mayores bajo nuestro cuidado? Repasemos las principales características de cada uno.
Una de las ayudas que podemos usar para caminar cuando tenemos movilidad reducida es el bastón.
Esta es una de las herramientas más antiguas y brinda soporte al peso de nuestro cuerpo, dándonos más seguridad al desplazarnos y ayudándonos a movernos de forma más autónoma.
El bastón también es una excelente alternativa cuando tenemos problemas con alguna articulación y queremos descargar o aligerar el trabajo que realiza al movernos.
En cuanto a las características, un bastón debe tener:
Los bastones deben ser adaptados a nuestra altura para cumplir con su propósito. Por esa razón, debemos asegurarnos que su empuñadura queda a la misma altura que la zona superior del fémur (hueso del muslo).
Las personas mayores con movilidad reducida también pueden usar un andador. Esta herramienta es ideal cuando necesitamos una base de apoyo superior en comparación con el bastón.
Los andadores pueden ser simples o con dos y cuatro ruedas. Además, podemos añadirles algunos accesorios para hacerlos más convenientes, incluyendo cestas o asientos para sentarnos cuando estamos muy cansados.
Al igual que el bastón, el andador debe adaptarse a nuestra altura. Además, es indispensable tener fuerza en los brazos para poder usar esta herramienta, ya que tendremos que empujarla y levantarla mientras caminamos cuando necesitamos evitar un obstáculo, por ejemplo.
Además, el andador debe tomarse con las dos manos y necesitamos algo de práctica para aprender a usarlo.
Para mantener una buena postura y alineación corporal, debemos mantener el codo flexionado alrededor de 20-30º.
Finalmente, la tercera ayuda común para las personas con movilidad reducida son las muletas. Dependiendo de nuestra condición o la afectación que no nos permite desplazarnos, podemos usar una o dos.
Generalmente, las muletas son recomendadas después que sufrimos una lesión o tenemos dolor en una pierna y necesitamos ayuda para mantener el equilibrio.
Las muletas suelen estar hechas de aluminio, considerado un material resistente pero ligero, ya que deben ser lo suficientemente fuertes para soportar nuestro peso.
Estas son las principales características de las muletas:
Para poder responder esa pregunta, veamos las diferentes entre las tres herramientas en este cuadro:
Los bastones, los andadores y las muletas son excelentes herramientas si necesitamos ayuda para desplazarnos. Sin embargo, debemos escoger la mejor opción dependiendo de nuestras necesidades.
Las muletas, por ejemplo, son buenas alternativas para el corto plazo, como cuando tenemos una lesión, pero no se recomienda su uso de forma permanente. En cambio, los bastones podrían proveer soporte de por vida a quienes necesitan ayuda para caminar.
Sin embargo, contrario a los otros dos dispositivos, los bastones pueden soportar solo una pequeña cantidad del peso. Si buscamos comodidad, un andador con ruedas puede ser una buena opción.
Como puedes ver, cada opción tiene sus beneficios y características únicas. Por lo tanto, antes de escoger una, es indispensable considerar nuestros requerimientos y evaluar el tipo de ayuda que necesitamos para nuestra condición.
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