Tienes un familiar a quien le han recomendado buscar una cama clínica, ya sea temporal o definitivamente. Estás en busca de una cama clínica y entre tus criterios de búsqueda podrías estar contemplando bajar costos, así que piensas que tal ves te convenga adoptar solo la cama y ponerle un colchón individual común.
Pero, considerando que una cama clínica tiene funcionalidades y requerimientos muy específicos, la respuesta a tu pregunta sería “no”. Aquí las razones:
Las camas clínicas están diseñadas para brindar soporte, comodidad y seguridad a personas con movilidad reducida, en reposo prolongado o con condiciones médicas específicas.
Sus funcionalidades principales, elevación del torso y las piernas, requieren un colchón flexible, que se adapte a estos movimientos y mantenga al paciente en la postura correcta.
Un colchón común no está diseñado para soportar estas exigencias. Suelen ser más blandos y menos flexibles, lo que podría generar inestabilidad, incomodidad e incluso ocasionar caídas y lesiones en el paciente durante los cambios de posición.
Además, los colchones clínicos deben cumplir con estrictos requisitos de higiene y seguridad para prevenir la proliferación de bacterias y otros patógenos. Suelen ser impermeables, antimicrobianos y lavables, características que no suelen estar presentes en los colchones comunes.
¿Qué características debe tener un colchón para cama clínica?
Un colchón adecuado para una cama clínica debe ser:
En resumen, utilizar un colchón individual común en una cama clínica no es una opción segura ni recomendable. Utilizar el colchón adecuado para este tipo de cama es esencial para garantizar el bienestar, la comodidad y la seguridad del paciente, además de contribuir a mantener un entorno clínico higiénico y saludable.
La buena noticia es que la mayoría de las camas clínicas del mercado, tanto alquiladas como compradas, incluyen su colchón, que por lo general cumple con todas estas exigencias y, más importante, se ajustan perfectamente a las dimensiones de la cama con que viene.