Debido a los problemas circulatorios que acarrea la diabetes, las personas con esta enfermedad que tienen movilidad reducida corren un mayor riesgo de desarrollar úlceras por presión.
Sin una atención adecuada, los pacientes tambi´n podrían sufrir de afecciones importantes en las extremidades, en especial las inferiores, por lo cual es vital que puedan cambiar de posición en la cama, para estimular la circulación y prevenir más complicaciones.
Asimismo, al haber perdido movilidad, el paciente diabético corre un mayor riesgo de sufrir caídas y lesiones al entrar o salir de una cama convencional, la cual supone además un mayor riesgo de lesiones para el cuidador.
Al contrario, gracias a su diseño especialmente creado para proporcionar cuidados a personas con movilidad reducida, las camas clínicas implican un mejor desempeño del cuidador y un menor riesgo de lesiones para ambos.
Por eso, contar con una cama clínica puede tener un impacto significativo en la salud y el bienestar de un adulto mayor con diabetes.
¿Cómo elegir la mejor cama para un paciente diabético con movilidad reducida?
Al seleccionar una cama clínica para un adulto mayor con diabetes, hay que tener presentes diversos factores, para garantizar su comodidad y seguridad:
Al realizar búsquedas adicionales, puedes explorar opciones de camas clínicas específicas que ofrecen características como colchones de alivio de presión, ajustabilidad y sistemas de seguridad. Consultar con profesionales de la salud, como médicos o terapeutas ocupacionales, también puede proporcionar recomendaciones específicas basadas en las necesidades individuales del paciente con diabetes.
La importancia de que el paciente salga de la cama
Idóneamente, aunque se cuente con la cama perfecta, hay que evitar mantener al paciente siempre en ella, pues para garantizar su buena salud es crucial que tenga movilidad.
Así que, si el paciente puede movilizarse por sí solo, es conveniente que se traslade con frecuencia a otros espacios para que comparta con otros miembros de la familia, disfrute del sol y el aire y aproveche todos los recursos de los que disponga para vivir una vida plena, en especial los que estimulen su bienestar cognitivo, como manualidades o libros, por ejemplo.
En caso de que el paciente no pueda moverse por sí solo, es conveniente intentar combinar la cama clínica con una silla de ruedas, para poder trasladarlo; los cambios de la cama a la silla y de un espacio a otro ayudarán a cuidar de su salud general.