Si trabajas cuidando a un adulto mayor, o eres un familiar a su cuidado, puede que en estos momentos te sientas estresado, sobrecargado o superado por la situación.
Además si eres de los que le cuesta pedir ayuda, puede que te encuentres bajo un cuadro de estrés, aislamiento o incluso tengas síntomas de depresión.
Si bien cuidar a un adulto mayor o familiar cuando nos necesita tiene un valor especial, también debes considerar que sin salud física y emocional no podrás seguir ejerciendo las labores que estés desempeñando. Por eso, hemos listado alguna medidas que puedes tomar para que puedas mantener tu bienestar.
Como cuidador, tienes más probabilidades de presentar síntomas de depresión o de ansiedad, por tanto lo primero que debes hacer es un auto análisis de los signos de estrés que puedes estar presentando:
Si identificas más de 5 síntomas lo mejor es que hagas un cambio en tu vida diaria, porque sufrir estrés por mucho tiempo perjudica tu salud.
Si estamos al cuidado de otra persona, es fundamental tener presente el auto cuidado.
Para atender a otra persona y hacer el trabajo con calidad es importante mantener hábitos de vida saludables y de auto cuidado como por ejemplo prevenir lesiones, problemas de salud y evitar los riesgos de contagios de enfermedades.
Dedicar tiempo a uno mismo y saber gestionar las emociones son objetivos que ayudan a tener una rutina equilibrada. Reserva tiempo para estar activo físicamente, dormir bien, mantener una alimentación saludable, beber agua y gestionar tus emociones si es necesario con la ayuda de un especialista.
Otra forma de mantener el autocuidado, es reservar tiempo para realizar algún hobbie o actividad interés personal. Organiza tu dia para tener momentos de esparcimiento e intercambio social. Es importante no aislarse y mantener contacto con los amigos o los familiares.
Los cuidadores difícilmente piden ayuda a su entorno. Si aún no sabes cómo pedir ayuda, puedes comenzar preparando una lista con acciones o formas en las que otros pueden ayudar en el cuidado del adulto mayor.
Pregúntale a tu entorno con qué actividad te pueden ayudar. Por ejemplo, un familiar puede encargarse de hacer las compras o cocinar, mientras que otra persona puede ayudar buscando actividades divertidas para entretener al adulto mayor. Reserva tiempo cada semana para conectarte, incluso si solo se trata de una llamada a un familiar o una caminata con un amigo.
No existe el cuidador “perfecto”. Tratar de hacer múltiples actividades a la vez puede generar lesiones físicas y colocarte en un estado de estrés, Piensa en realizar una sola actividad a la vez, así tendrás más control de lo que haces y evitas sentirte abrumado.
Para organizarte, puedes dividir las tareas grandes en acciones pequeñas que puedes hacer de uno a la vez. Prioriza tus tareas de la semana, haz listas y establece una rutina diaria para poder organizar mejor el tiempo. Empieza a decir que no a pedidos que son agotadores.
Además de pedir ayuda a tu familia y amigos, involúcrate con la comunidad.
Las municipalidades suelen tener centros destinados a actividades para adultos mayores y ofrecen clases específicas, ayudas en medicinas y dudas de la salud, teléfonos de apoyo, talleres de manualidades o esparcimiento, centros deportivos y más. Lee acerca de qué beneficios puedes aprovechar en tu comunidad mientras cuidas de un adulto mayor para mejorar tu ánimo y el de la persona que está a tu cuidado.
Únete a un grupo de apoyo para buscar comprensión y motivación. Las personas que asisten a los grupos de apoyo comprenden lo difícil que es estar al cuidado de un adulto mayor, además pueden compartir consejos y resolver dudas en grupo. De esta manera no te sentirás solo y podrás cultivar relaciones significativas.
Los cuidadores suelen dejar su salud en segundo plano. La recomendación es que siempre tengas foco tu salud; eso implica colocarse las vacunas de influenza cada año y otras vacunas recomendadas, consultar al médico si tienes alguna dolencia o malestar (físico o emocional), y asegúrate de contarle al especialista en la salud que eres cuidador.
Es un grave error pensar que si eres cuidador debes controlar las emociones o peor aún no expresar cómo te sientes.
Las emociones son una guía para entender lo que nos sucede, por tanto comunicar lo que nos pasa, lo que sentimos o lo que nos da miedo, nos ayuda a entendernos a nosotros mismos y a relacionarnos con los demás.
Es importante que tu entorno entienda lo que piensas y sientes para así poder plantearte objetivos, evitar situaciones dañinas o recibir ayuda cuando la necesites.
Estas al cuidado de un adulto mayor es una labor completa y con muchos retos, más si la persona padece de alguna patología o enfermedad; mantenerse informado te ayudará a estar más preparado y entender qué esperar o cómo reaccionar en la evolución o tratamiento de dicha enfermedad.
Además, también podemos informarnos acerca de los recursos que están nuestro alcance para el cuidado de un adulto mayor como servicios profesionales, institucionales o incluso económicos.
Ahora que has leído estas recomendaciones, toma acción y realiza al menos 3 cambios de hábito que te ayuden a presentar tu salud mientras desempeñas tus labores como cuidador.