Si sentimos que estamos preocupados todo el tiempo o experimentamos estrés y ansiedad con regularidad, la meditación podría ser una excelente adición a nuestra rutina.
Como hábito positivo, meditar puede darnos una sensación de calma, equilibrio y paz, ayudándonos a relajarnos y lidiar con el estrés o las preocupaciones. Además, esta práctica nos mantiene centrados y enfocados en nuestra paz interior.
La mejor parte es que estos beneficios no terminan una vez que dejamos de meditar. La meditación puede tener una influencia positiva en nuestra salud física y bienestar emocional a largo plazo. Por esa razón, es vista como un tipo de medicina complementaria beneficiosa para la mente y el cuerpo.
El término “meditación” no engloba un único ejercicio sino muchas técnicas que podrían ayudarnos a relajarnos de alguna manera y lograr la paz interior.
Ya que son fáciles de implementar, no requieren equipo pesado o especializado y aportan todos los beneficios que mencionamos anteriormente, estos son los mejores tipos de meditación para el adulto mayor:
Este tipo de meditación es ideal para los adultos mayores, especialmente para quienes tienen movilidad limitada, ya que no requiere ejecutar ejercicios físicos. Además, puede estimular la función cognitiva.
Para practicar la meditación guiada, necesitamos estar en un espacio tranquilo y respirar lentamente mientras formamos imágenes mentales de lugares o cosas que nos relajen. Es importante usar tantos sentidos como nos sea posible, incluyendo sonidos, texturas e incluso olores.
Este tipo de meditación involucra el uso de palabras o frases, como una oración religiosa. Si prestamos atención al “mantra” (lo que repetimos), podremos enfocar nuestro pensamiento en lo que nos relaja y evitar distracciones. También es ideal para los adultos mayores porque no requiere esfuerzo físico.
Este tipo de meditación puede ayudarnos a conectar con el momento presente, ya que se basa en mantener nuestra atención en una acción o elemento específico.
Por ejemplo, podemos concentrarnos en nuestra respiración o en nuestras emociones, enfocándonos en lo que sentimos y dejando que nuestros pensamientos fluyan sin juzgarlos. Esta técnica no involucra ejercicios físicos, por lo que también es una excelente opción para los adultos mayores.
Esta es una práctica de la medicina tradicional china que usualmente combina la meditación, el movimiento físico, la relajación y los ejercicios de respiración.
Aunque involucra la actividad física, el Qi Gong no es exigente ni demanda demasiada fuerza. Los ejercicios que debemos ejecutar mientras implementamos esta técnica son fáciles y de bajo impacto, ya que se enfocan en restaurar nuestra función pulmonar y ayudarnos a mantener el equilibrio. Algunos incluso son adecuados para personas postradas en cama.
Si bien el Tai Chi es una forma de arte marcial chino, esta actividad es suave y de bajo impacto. Solo tenemos que hacer algunas posturas o movimientos de acuerdo a nuestra capacidad física y a nuestro ritmo.
Estos movimientos o posturas deben ser lentos, permitiéndonos practicar la respiración profunda mientras disfrutamos de la calma que trae este momento.
Esta técnica es natural y muy fácil de implementar. Solo tenemos repetir un mantra en nuestra mente. Puede ser una palabra, frase o sonido.
La forma en la que repetimos este mantra debe ser específica y debemos dejar que nuestra mente alcance un estado de paz interior sin necesidad de esforzarnos por concentrarnos o mantener la atención.
Para practicar yoga, una de las mejores formas de meditación para el adulto mayor, solo tenemos que adoptar algunas posturas mientras hacemos algunos ejercicios de respiración.
Este tipo de meditación no solo ofrece calma mental sino que también mejora el equilibrio, la concentración y la flexibilidad del cuerpo.
La meditación es un camino hacia la relajación, la autoconciencia y la compasión con nosotros mismos. Sin embargo, esta actividad ofrece muchos otros beneficios, como una mejor salud física y mental.
Si la integramos a nuestra rutina, la meditación puede ayudarnos a aliviar el estrés, mejorar nuestra relación con nosotros mismos e incluso ser menos impulsivos al enfrentar una situación difícil.
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