Si nuestros seres queridos han sido diagnosticados con alguna enfermedad pulmonar como la insuficiencia respiratoria aguda, el oxígeno domiciliario es la mejor opción para complementar su tratamiento y ayudarlos a tener una mejor calidad de vida.
Los adultos mayores pueden tener niveles de oxígeno en sangre bajos cuando sufren insuficiencia respiratoria, lo que afectaría considerablemente su salud y bienestar. Sin embargo, al menos una de cada tres personas que reciben oxigenoterapia domiciliaria ven mejoras dentro de los primeros tres meses.
Además, según la American Lung Association, el oxígeno suplementario temporal o a largo plazo puede ser usado para tratar varias condiciones pulmonares, incluyendo la enfermedad pulmonar obstructiva (EPOC), fibrosis pulmonar, fibrosis quística, neumonía, ataques de asma severos y apnea del sueño.
Por esa razón, hemos creado esta guía con todo lo que debemos saber sobre los concentradores de oxígeno y cómo podemos usarlos para suministrar oxígeno domiciliario.
El oxígeno domiciliario puede ser muy beneficioso y efectivo para casi todos los pacientes diagnosticados con alguna enfermedad que afecte su sistema respiratorio. Pero, ¿cómo podemos suministrarlo si nuestros seres queridos lo necesitan? ¡Encuentra las respuestas aquí!
Existe una amplia gama de dispositivos que podemos tener en casa para cuidar las vías respiratorias de nuestros adultos mayores. Para los pacientes que necesitan oxigenoterapia, hay tres que podrían ayudarnos: el concentrador de oxígeno, la bala de oxígeno o bombona de oxígeno y el oxígeno líquido. Vamos a entender mejor cada uno para saber cuál es la opción correcta para nuestros seres amados.
La bala de oxígeno es un aparato pesado que ocupa mucho espacio. Sin embargo, es considerado una buena opción para suministrar oxígeno domiciliario porque no requiere electricidad para funcionar y no produce ruidos.
Además de su tamaño, la bala o bombona de oxígeno tiene la desventaja de que hay que cambiarla con frecuencia y es el sistema más caro de suministro de oxígeno que existe actualmente.
También necesitamos otras herramientas para poder usar la bala de oxígeno en la oxigenoterapia domiciliaria, lo que aumenta el costo base del sistema. Estas incluyen el calibrador reductor, que disminuye la presión a un nivel útil o recomendado, un flujómetro o caudalímetro para definir el flujo de oxígeno en un minuto, el indicador de presión y el humidificador.
El oxígeno líquido es otra forma de administración de oxígeno muy popular, especialmente para quienes buscan conveniencia al momento de salir a la calle.
En este aparato, el oxígeno está almacenado dentro de un tanque que ocupa mucho menos espacio que las bombonas o balas. Pero lo realmente atractivo de este sistema es que permite transferir el oxígeno a termos o tanques más pequeños que podemos llevar con nosotros al salir si nuestros seres queridos necesitan suministro de este gas vital para respirar bien.
Los prácticos termos pesan alrededor de 4 kg, van en una mochila y prometen una autonomía de de seis a siete horas a un flujo de uno a dos litros por minuto.
Sin embargo, el principal inconveniente con el oxígeno líquido es que, a largo plazo, es aproximadamente cuatro veces más costoso que el tratamiento con los concentradores de oxígeno, ya que los tanques necesitan ser cambiados al menos dos veces al mes. Además, el oxígeno líquido se evapora constantemente. En consecuencia, los tanques o termos deben ser reabastecidos constantemente, elevando aún más sus costos.
Un concentrador de oxígeno es un aparato innovador con filtros que separan el oxígeno de los otros componentes del aire. Este es el sistema más utilizado actualmente y continúa siendo la opción más económica del mercado.
Este dispositivo toma el aire de la habitación y extrae la mayor cantidad de oxígeno para suplementar a los pacientes en casa, lo que significa que podemos tener una fuente de oxígeno permanente. También hay algunos modelos portátiles para ofrecer mayor conveniencia a las personas que necesitan oxigenoterapia en su día a día.
Si bien los concentradores de oxígeno funcionan con electricidad, podemos usar baterías u otras fuentes de energía para evitar que el suministro se agote. Como una de sus ventajas, no debemos sustituir este aparato cada cierto tiempo. Además, ocupa menos espacio que otras alternativas.
Un concentrador de oxígeno puede proveer desde 0,1 litros hasta 5 litros de oxígeno por minuto a las personas. Podemos regularlo en cuestión de minutos gracias al flujómetro incluido.
Vamos a resumir las ventajas de un concentrador de oxígeno a continuación:
Los concentradores de oxígeno son productos innovadores con características pensadas para el bienestar y comodidad del paciente en el hogar, incluyendo:
Estos dispositivos llegaron para revolucionar la forma en la que se provee oxígeno a las personas que sufren enfermedades respiratorias.
Contrario a los tanques o cilindros que comprimen una cantidad de oxígeno determinada, los concentradores de oxígeno extraen aire del ambiente para pasarlo a través de un filtro especial que separa el oxígeno del nitrógeno y lo almacena en un depósito para posteriormente liberarlo a través de un tubo al paciente.
En otras palabras, con un concentrador de oxígeno, podemos aprovechar el 21% de oxígeno que contiene el aire en nuestra propia habitación para ayudar a nuestros familiares a respirar mejor.
Además, los concentradores de oxígeno suelen ser usados de manera estacionaria, lo que significa que pueden proporcionar oxigenoterapia a largo plazo a los pacientes del hogar sin complicaciones.
Gracias a estos artefactos, no tendremos que preocuparnos por el suministro de oxígeno por mucho tiempo, siempre y cuando estén conectados a una fuente de energía, como la red eléctrica o una batería.
Los concentradores de oxígeno funcionan a partir de un proceso aparentemente sencillo que empieza con recibir el aire para luego purificarlo y, finalmente, distribuirlo.
Sin embargo, el funcionamiento es un poco más complejo a nivel técnico. El aire que los concentradores de oxígeno reciben se compone de 80% de nitrógeno y 20% de oxígeno. Luego, estos aparatos comprimen el gas y suministran entre un 90-95% de oxígeno puro con solo un 5-10% de nitrógeno.
El nitrógeno se separa con el objetivo de brindar a los pacientes la mayor dosis de oxígeno posible.
En este sentido, podemos decir que un concentrador de oxígeno funciona en cinco pasos clave. Estos son:
El concentrador de oxígeno tiene un compresor que aspira el aire del ambiente y un filtro de tamiz, hecho de un material conocido como zeolita, que elimina el nitrógeno.
Estos aparatos usan dos tamices para expulsar el nitrógeno por un lado y liberar el oxígeno en un cilindro, formando un bucle continuo en el que se genera oxígeno puro de forma permanente.
Luego, con su válvula de presión, el concentrador de oxígeno regula el gas en cantidades que suele oscilar entre 5 y 10 litros por minuto antes de administrarlo al paciente a través de accesorios como cánulas nasales o máscaras de oxígeno.
Los concentradores de oxígeno pueden ser de gran ayuda para las personas diagnosticadas con trastornos a nivel pulmonar o cardíaco que afectan su sistema respiratorio y necesitan terapia de oxígeno suplementaria.
Estos dispositivos favorecen a todos los pacientes que requieren oxigenoterapia para aumentar los niveles de oxígeno en la sangre, ayudándolos a inspirar más oxígeno hacia su corriente sanguínea y llevar una vida normal a pesar de la enfermedad.
Si nuestros familiares han sido diagnosticados con alguna enfermedad en los pulmones o el corazón que afecta su respiración, es importante conocer los escenarios en los que los concentradores de oxígeno pueden ser útiles. Los más comunes son:
La enfermedad pulmonar crónica (EPOC) causa dificultades y molestias para respirar. Por esa razón, los médicos recomiendan el suministro de oxígeno a largo plazo como tratamiento.
Los pacientes con enfermedad pulmonar intersticial (EPI) y desaturación por esfuerzo también necesitan terapia de oxígeno ambulatoria para mantener el oxígeno de la corriente sanguínea en niveles saludables.
Durante la pandemia y a medida que más y más personas desarrollan enfermedades pulmonares como neumonía, los pacientes necesitan oxigenoterapia.
Los concentradores de oxígeno son ampliamente utilizados para el tratamiento de la hipoxemia en pacientes Covid-19.
Todas las personas que cuidamos pacientes con enfermedades pulmonares en casa probablemente hemos escuchado sobre los concentradores de oxígeno. Sin embargo, debemos saber que hay dos tipos y es importante diferenciarlos para poder escoger el mejor para nuestros familiares.
Conozcamos las diferencias entre un concentrador de oxígeno portátil y uno estacionario a continuación.
También conocidos como concentradores de oxígeno para el hogar, estos dispositivos han sido diseñados para usarlos en casa. Su función principal es filtrar el oxígeno del aire del ambiente para proporcionar este gas vital a los pacientes que lo necesitan.
Si bien un concentrador de oxígeno estacionario está hecho para uso doméstico, muchos tienen ruedas y nos permiten moverlos de una habitación a otra para mayor conveniencia. Estos dispositivos también necesitan estar conectados a la corriente eléctrica, pero proveen un suministro inagotable de oxígeno siempre que estén conectados a una fuente de alimentación.
Los concentradores de oxígeno portátiles son similares en cuanto a función, pero están diseñados para llevar. En otras palabras, estos dispositivos son más ligeros y pequeños, por lo que pueden ser transportados a casi cualquier lugar cómodamente.
Ya que es portátil, un concentrador de oxígeno de este tipo suele utilizar energía por baterías para su funcionamiento. La mayoría de los modelos disponibles se asemejan a una mochila que podemos cargar con nosotros en el día a día.
Ambos dispositivos están hechos para cumplir con el mismo propósito. Por lo tanto, tienen algunas similitudes, incluyendo:
Ahora que conocemos cada uno, es importante entender las diferencias entre ambos dispositivos, especialmente si tenemos adultos mayores que requieren tratamiento con oxigenoterapia en el hogar.
Ambos aparatos cumplen la función de suministrar oxígeno a pacientes diagnosticados con alguna enfermedad respiratoria. Sin embargo, los dos son diferentes en varios aspectos, incluyendo su tamaño, diseño y fuente de energía. Vamos a conocer más a fondo cada uno.
Ya que han sido diseñados para transportarse, los concentradores de oxígeno portátiles suelen ser más pequeños y se pueden guardar fácilmente en una maleta o bolsa de tamaño mediano.
Los concentradores de oxígeno estacionarios son un poco más grandes. Sin embargo, muchos incluyen ruedas para facilitar la movilidad por la casa.
Ya que tienen un mayor tamaño, los concentradores de oxígeno estacionarios suelen ser un poco más pesados también. Los modelos portátiles son más fáciles de llevar sin sentir que cargamos un peso demasiado grande.
Un concentrador de oxígeno estacionario debe estar conectado a la corriente eléctrica para poder funcionar. Por el contrario, los modelos portátiles obtienen su energía de baterías.
Los concentradores de oxígeno estacionarios también son menos costosos. Debemos recordar que las características adicionales se pagan. Por esa razón, los concentradores de oxígeno portátiles suelen ser más caros.
Escoger el concentrador de oxígeno correcto depende enteramente de las necesidades de nuestros seres queridos que reciben oxigenoterapia. Si necesitan algo liviano y fácil de llevar, los modelos portátiles son una buena opción.
Sin embargo, un concentrador de oxígeno estacionario es una apuesta segura para todos los pacientes que necesitan suministro de oxígeno domiciliario. Estos dispositivos son más económicos, tienen una vida útil más larga, y producen más oxígeno.
Los portátiles son excelentes alternativas en ciertas ocasiones, pero el tamaño más pequeño y estructura más liviana tienen un precio: menor rendimiento. Estos concentradores suelen producir menos de tres litros de oxígeno por minuto. Por el contrario, los modelos estacionarios pueden producir hasta 10 litros por minuto, una cantidad más cercana a lo que los doctores recomiendan para la mayoría de los pacientes.
Cuando tenemos adultos mayores diagnosticados con enfermedades pulmonares en casa, la saturación de oxígeno es algo que siempre debemos cuidar. Durante la pandemia del Covid-19, por ejemplo, muchas personas se apresuraron a comprar oxímetros de pulso para asegurar que sus niveles de oxígeno o los de sus familiares estaban bien si se contagiaban.
Pero, ¿por qué esto es tan importante? ¿Cuáles son los niveles de oxígeno normales para una persona y qué debemos hacer cuando nuestros adultos mayores tienen concentraciones de oxígeno en sangre bajas? ¡Encuentra las respuestas a estas preguntas y más aqui!
Si bien los laboratorios tienen diferentes rangos de referencia para medir el contenido de oxígeno en sangre, un nivel normal para la mayoría de las personas está entre el 95% y el 100%.
Los pacientes diagnosticados con enfermedades pulmonares como la EPOC pueden tener lecturas más bajas, pero el médico tratante o el proveedor de atención médica siempre debe aclarar cuáles son los niveles aceptables.
Otros factores como la salud general, la edad, el tabaquismo o la altura sobre el nivel del mar podrían tener influencia en los niveles de oxígeno de una persona.
El parámetro que define los niveles de oxígeno en sangre es la saturación de oxígeno, medida comúnmente con un oxímetro de pulso. Este dispositivo se ha vuelto muy popular porque es una forma rápida para medir qué porcentaje de sangre está saturado con oxígeno sin producir dolor.
Además de la oximetría de pulso, otro método popular para medir la concentración de oxígeno en la sangre es la prueba de extracción.
Siendo parte de una prueba más grande y completa conocida como la prueba de gases en sangre arterial (ABG), esta evaluación mide el nivel de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre y determina el equilibrio de ácidos y bases (comúnmente conocido como pH).
Un nivel de oxígeno por debajo del 90% es definido como “hipoxemia.” El oxígeno es ese elemento que todos necesitamos para vivir y hacer que nuestro cuerpo funcione. Por lo tanto, no tener la saturación en porcentajes normales o llegar a un estado de hipoxemia es a menudo preocupante.
La hipoxemia puede causar dificultad para respirar, dolores de cabeza, mareos, agitación y confusión. Si los niveles de oxígeno bajan demasiado, las probabilidades de sufrir complicaciones en los tejidos y órganos del cuerpo aumenta.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que algunas condiciones y enfermedades pulmonares interfieren con la capacidad del cuerpo para mantener niveles normales de oxígeno en la sangre, incluyendo:
Si estamos a cargo de adultos mayores diagnosticados con enfermedades pulmonares y nos enteramos que sus niveles de oxígeno en sangre son bajos, lo primero que debemos hacer es contactar a un médico. Los profesionales de salud se encargarán de determinar e informar los pasos a seguir.
Sin embargo, de acuerdo con la saturación de oxígeno y los síntomas que el paciente desarrolle, el personal médico suele indicar el uso de cilindros o concentradores de oxígeno para suministrar el oxígeno de forma externa.
En este sentido, se recomienda la oxigenoterapia cuando el paciente tiene niveles de oxígeno por debajo del 90% (hipoxemia), después de una larga estadía en el hospital, cuando hay insuficiencia respiratoria aguda o afecciones pulmonares como enfermedad obstructiva de las vías respiratorias y los síntomas relacionados son preocupantes.
Las personas con saturaciones de oxígeno bajas deben buscar atención médica. Sin embargo, hay algunos consejos que pueden ayudarnos a nosotros o nuestros seres queridos a tener mejores niveles de oxígeno en sangre, incluyendo:
Si bien los concentradores de oxígeno son muy útiles y se han convertido en dispositivos que debemos tener a la mano para tratar a nuestros adultos mayores si sufren insuficiencia respiratoria, es importante consultar con los médicos cuándo es recomendable recurrir a la oxigenoterapia y suministrar oxígeno en casa.
¿Hay riesgos relacionados con usar oxígeno suplementario sin necesitarlo?
Sí, la automedicación puede ser perjudicial para la vida y salud de nuestros seres amados. Algunos de los riesgos asociados con la administración innecesaria de oxígeno son:
Hay algunas herramientas que debemos tener en casa para tratar a nuestros seres amados si sufren de alguna enfermedad pulmonar o insuficiencia respiratoria además del concentrador de oxígeno. Entre las más comunes, está la cánula nasal.
También conocida como gafa nasal en algunos países, las cánulas nasales son una especie de accesorios que se usan para administrar oxígeno a las personas con problemas respiratorios derivados de alguna enfermedad pulmonar, como la enfermedad obstructiva crónica de las vías respiratorias.
Las gafas nasales son tubos flexibles que se colocan debajo de la nariz y tienen dos puntas que van dentro de las fosas nasales. El otro extremo de este dispositivo médico se adhieren a la fuente de oxígeno, como los concentradores de oxígeno.
Las cánulas nasales se usan para suministrar oxígeno a las personas que, por alguna razón u otra, tienen niveles bajos de oxígeno en sangre. En este sentido, se dividen en dos tipos: las gafas nasales de bajo flujo y las de alto flujo. Vamos a conocer un poco más sobre cada una.
Abreviada HFNC (High-Flow Nasal Cannula en inglés) a nivel médico, la cánula nasal de alto flujo inyecta oxígeno calentado y humidificado directamente en las fosas nasales. Estos dispositivos médicos pueden inyectar hasta 60 litros de oxígeno por minuto.
Las cánulas nasales de bajo flujo, abreviadas LFNC (Low-Flow Nasal Cannula), difieren del tipo anterior en que estas no suministran oxígeno calentado o humidificado. Además, pueden administrar solo 4-6 litros de oxígeno por minuto.
Al igual que la mascarilla de oxígeno, una cánula nasal puede ser usada para tratar pacientes en hospitales o para administrar oxígeno en casa. Estos dispositivos médicos ayudan a las personas que tienen problemas para respirar por alguna razón, pero sus usos más comunes incluyen tratamiento u oxigenoterapia a quienes han sido diagnosticados con alguna enfermedad pulmonar como:
Las cánulas nasales también son ampliamente usadas para tratar pacientes con insuficiencia cardíaca o durante procesos como la intubación y extubación.
Las cánulas nasales suelen configurarse con otros dispositivos médicos para cuidar las vías respiratorias y ayudar a que los pacientes con enfermedades pulmonares puedan respirar mejor. Los más comunes son:
Cuidados y usos adecuados de las cánulas nasales en casa
Conocer cómo cuidar una cánula nasal mejorará su durabilidad y garantizará que la oxigenoterapia es mucho más efectiva a largo plazo. Según el Lung Institute, una gafa nasal suelen tener una vida útil de dos meses si se mantiene limpia. Sin embargo, para que esto suceda, debemos seguir estos pasos:
Sin embargo, es importante consultar con los doctores con qué frecuencia debemos limpiar las cánulas nasales si nuestros adultos mayores las están usando en casa. El equipo médico también determina con qué frecuencia es prudente reemplazar las piezas de los equipos empleados durante la oxigenoterapia.
Además de los pasos anteriores, podemos seguir estos tips para aumentar la vida útiles de las gafas o cánulas nasales y garantizar su higiene:
Una cánula nasal es mucho menos invasiva que una máscara de oxígeno. Por esa razón, suele ser una opción conveniente para los pacientes que necesitan realizar otras actividades como comer o hablar durante las sesiones de oxigenoterapia.
Además, las cánulas nasales son más cómodas de usar, ya que solo son tubos pequeños y flexibles que pueden colocarse sobre los oídos o en la parte posterior de la cabeza. En otras palabras, pueden ajustarse de maneras diferentes, lo que significa que son muy buenas alternativas si nuestros adultos mayores deben realizar actividades como correr o hacer ejercicios.
Contrario a la cánula nasal, la mascarilla de oxígeno ha sido diseñada para cubrir toda la nariz y la boca. Dependiendo de su modelo o tipo, una máscara cubre y se ajusta sobre la cara.
La máscara de oxígeno se sujeta en las orejas con una correa elástica que se sostiene detrás de la cabeza y sobre las orejas. Además, las mascarillas tienen un diseño particular, ya que vienen con puertos laterales abiertos que permiten el flujo de aire para diluir el oxígeno y liberar el dióxido de carbono.
Una mascarilla de oxígeno permite a los pacientes recibir mayores concentraciones de oxígeno y tasas de flujo más altas.
Si bien las máscaras faciales tapan gran parte del rostro y son incómodas de usar la mayor parte del tiempo, pueden ser las mejores opciones para personas que respiran por la boca.
Además, una mascarilla de oxígeno no suele generar sequedad nasal como las cánulas nasales.
Generalmente, una mascarilla de oxígeno es la opción más recomendada cuando se requiere un flujo de oxígeno constante medio o alto. Sin embargo, una cánula nasal es la mejor alternativa cuando se necesita suministrar flujos bajos y oxígeno por pulsación.
Además, hay que tener en cuenta que ambos accesorios suelen estar disponibles en diferentes tipos. Una cánula nasal puede ser:
Las mascarillas de oxígeno también se dividen en varios tipos, incluyendo:
La oxigenoterapia es uno de los tratamientos más efectivos para tratar afecciones respiratorias como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), bronquitis crónica, o fibrosis pulmonar.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que hay algunos riesgos asociados con la mala administración de oxígeno, así como algunas prácticas desfavorables que debemos evitar para garantizar que el tratamiento es efectivo.
Si los adultos mayores bajo nuestro cuidado deben recibir oxígeno suplementario, debemos asegurarnos que no cometen ninguno de estos errores. ¿Quieres conocer más al respecto para proteger a tus seres queridos? Encuentra una lista de las actividades prohibidas para los pacientes que reciben oxígeno domiciliario a continuación.
Cuando hay problemas respiratorios o niveles bajos de saturación y el paciente requiere oxigenoterapia, debemos recordar que el oxígeno es un medicamento. En consecuencia, solo debe administrarse o ajustarse bajo supervisión médica y siguiendo las instrucciones de los expertos o terapeutas respiratorios.
El oxígeno en altas concentraciones, como cuando es administrado a través de un concentrador de oxígeno, debe ser suministrado únicamente en dosis recetadas por los médicos. Si se usa demasiado o muy poco, los pacientes podrían experimentar complicaciones de salud.
La sobredosis de oxígeno puede tener los mismos efectos que las sobredosis con otros tipos de medicamentos y causar toxicidad. Los pacientes que se autodiagnostican y usan oxígeno suplementario sin seguir las medidas recomendadas por los médicos pueden sufrir problemas de presión de oxígeno en la sangre y correr el riesgo de afectar su sistema cardiovascular, nervioso central y, por supuesto, respiratorio.
El oxígeno no es inflamable como tal, pero puede alimentar el fuego y acelerar la propagación de las llamas rápidamente si entra en contacto con una chispa. Por lo tanto, es considerado un peligro de incendio si no se maneja con cuidado.
Por esa razón, es indispensable evitar fumar cerca de los dispositivos de suministro de oxígeno tanto en el hospital como en el hogar. Cualquier concentrador de oxígeno, bombona de oxígeno y bala de oxígeno puede apoyar la combustión si no se cumplen con esta medida de precaución.
Todos los dispositivos de suministro de oxígeno vienen con una lista de instrucciones para su cuidado y almacenamiento. Es importante seguir estos parámetros para evitar cualquier riesgo o accidente relacionado.
Los cilindros de oxígeno, por ejemplo, deben ser guardados en posición vertical. Una bombona de oxígeno puede representar un gran peligro para nosotros y nuestros seres queridos si se cae por no estar bien encadenada o es almacenada fuera de su base estable o estante.
Tampoco es recomendable usar los sistemas de oxígeno que se hayan caído o estén dañados.
También es indispensable mantener los cilindros de oxígeno y otros dispositivos de suministro de oxígeno lejos de las fuentes de calor. Expertos recomiendan mantenerlos a una distancia mínima de al menos 1,5 metros de estufas, calefactores o emisores térmicos.
Las fuentes de oxígeno tampoco deberían almacenarse o usarse en lugares donde reciban luz solar directa o con poca ventilación.
5. Usar dispositivos de suministro de oxígeno cerca de aparatos eléctricos
Algunos aparatos eléctricos pueden causar chispas, incluyendo las máquinas de afeitar o rasuradoras eléctricas, los secadores de cabello o algunos juguetes mecánicos. Por esa razón, debemos asegurarnos que cualquier equipo que esté en la habitación donde se realiza la oxigenoterapia está en condiciones de funcionamiento seguras.
En otras palabras, debemos verificar que no hay peligros eléctricos en el hogar antes de administrar oxígeno a nuestros seres amados. Cuando la cánula nasal está en uso, estos aparatos pueden generar una chispa y causar accidentes.
Al usar fuentes de oxígeno portátiles, debemos verificar que todo está en orden. Por esa razón, antes de transportar a un paciente, es indispensable asegurarnos que los tanques tienen suficiente oxígeno.
Si tenemos que viajar con el oxígeno, hay algunas medidas que debemos tomar, incluyendo:
La frecuencia de las evaluaciones y exámenes médicos es usualmente determinada por el equipo médico. Sin embargo, es indispensable tener en cuenta que nuestros adultos mayores o cualquier otro familiar recibiendo oxigenoterapia debe acudir a controles periódicos para asegurarse de que no está recibiendo concentraciones de oxígeno muy bajas o demasiado altas.
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