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Entiende lo que significa alimentar al adulto mayor que está bajo tu cuidado

Escrito por Isabel | 31 de mayo 2019

Aunque una persona de 65 años o más no sufra enfermedades crónicas ni tenga condiciones que afecten su absorción de nutrientes, de todas formas el tema de su alimentación es muy importante.

Desde una adecuada ingesta calórica, alimentos necesarios según las distintas condiciones físicas de la persona, hasta lo que tiene prohibido consumir si sufre una patología, todo esto y más lo explicamos a continuación.

Sabemos que la nutrición es un tema importante en cualquier etapa de la vida. Sin embargo, es preciso que pongas especial atención en el peso de la alimentación del adulto mayor bajo tu cuidado.

En especial porque las personas de 65 años o más que sufren una pérdida de peso involuntariamente son consideradas "frágiles" por los profesionales de la salud, precisa el portal informativo El Farmacéutico.

Es más, el riesgo de mortalidad aumenta cuando el índice de masa corporal (IMC) de una persona es inferior a 23, añade el portal.

Igualmente, entre las causas más comunes de la malnutrición en la tercera edad están:

  • Pérdida progresiva de secreciones salivares, gástricas, pancreáticas e intestinales. Esto afecta la absorción de nutrientes.
  • Mayor intolerancia a determinados componentes de los alimentos como la lactosa o el gluten.
  • Desgaste de la dentadura.
  • Alteraciones en el sentido del gusto y la motricidad masticatoria; la disfagia (dificultad para tragar) y la reducción del apetito.
  • Factores psicológicos que disminuyen el interés por la comida.
  • Restricciones alimentarias por enfermedades como diabetes e insuficiencia renal. Esto dificulta que el adulto mayor mantenga una dieta equilibrada.
  • Presencia de otras patologías que originan anorexia, lo cual favorece la degradación de proteínas musculares, descenso de la motilidad digestiva y aparición de anemia.

Incluso, si un adulto mayor no sufre ninguno de estos problemas, las necesidades de alimentación de su cuerpo son otras en esta etapa de la vida. ¿Cómo ayudarlo?

Ingesta calórica diaria

Si bien las necesidades calóricas disminuyen con la edad, dado que a partir de los 60 años las personas comienzan a perder masa muscular en torno al 10% por década, está demostrado que las mismas adelgazan más rápido que los jóvenes, haciendo difícil la tarea de recuperar peso.

Tanto así, que según un análisis sobre la importancia de la nutrición en la persona de edad avanzada encargado por la farmacéutica Novartis, aportes menores a las 1.500 calorías diarias suponen un riesgo de baja ingesta de vitaminas y minerales, impidiendo cubrir los requerimientos nutricionales diarios.

El mismo estudio establece los siguientes rangos de ingesta energética diaria acorde a la edad y sexo:

  • Entre 60 a 69 años, 2.000 y 2.400 calorías para mujeres y hombres, respectivamente.
  • Entre 70 a 79 años, 1.900 y 2.300 calorías para mujeres y hombres, respectivamente.
  • A partir de 80 años, 1.700 y 2.000 calorías para mujeres y hombres, respectivamente.

En este sentido, los mejores alimentos para ganar peso o músculos de manera saludable son aquellos que contienen proteínas. De hecho, la ingesta ideal para la población geriátrica oscila entre 1 y 2 gramos/kg/día, dependiendo si la persona necesita más aporte proteico si tiene infecciones agudas, fracturas o intervenciones quirúrgicas, precisa este documento.

Para conocer los beneficios adicionales de los batidos proteicos en la tercera edad, consulta este artículo de la compañía de alimentos funcionales para adultos senior Vita Lite Alimentos.

Carbohidratos y grasas

Mientras que la ingesta de proteínas en un adulto mayor debe representar entre el 10-20% de lo que adquiere en materia calórica diariamente, los hidratos de carbono debieran hacerlo en la medida de un 50-75% y las grasas en un rango de 20-30%.

Cuando hablamos de carbohidratos, nos referimos a los hidratos de carbono complejos, también conocidos como polisacáridos, de sabor escasamente dulce, absorción intestinal lenta y presentes en el almidón de ciertos vegetales, cereales, tubérculos y legumbres, explica la Fundación del Corazón.

Por su parte, en la dieta de un adulto mayor, a no ser que el médico lo contraindique por alguna razón, las principales fuentes de grasas debiesen ser mayoritariamente:

  • Mono insaturadas (aceite de oliva).
  • Poli insaturadas (pescados, frutos secos y aceites de semillas).
  • Saturadas (carnes, embutidos, lácteos, mantequilla, margarina y algunos productos procesados).

¿Te preguntas cómo es un régimen semanal ideal para un adulto mayor sano? Revisa las recomendaciones de expertos en este reportaje de la revista de belleza y bienestar Perfil.

Fibra y minerales

Para personas de 65 años o más, consumir fibra junto con hidratarse adecuadamente a diario, contribuye a prevenir el estreñimiento, favorecer el control de la glucemia y del colesterol, y reducir el riesgo de aparición de algunas neoplasias o cáncer, afirma el mismo estudio de nutrición encargado por Novartis.

Respecto a los minerales, estos deben tener un trato especial si se trata de calcio, hierro, zinc, selenio y magnesio, nutrientes que son de gran importancia para la conservación del esqueleto, así como prevenir enfermedades inflamatorias y digestivas. Protegen también el sistema inmune, evitan la formación de radicales libres y previenen eventos cardiovasculares, respectivamente.

¿De dónde sacarlos? Considerando lo que indique el médico u otro especialista de nutrición, directamente de ciertos productos como:

  • Las principales fuentes de calcio son la leche, el queso, las almendras y el yogur.
  • Para consumir hierro, hacerlo con la ingesta de hígado, yema de huevo, lentejas y la carne.
  • El zinc está presente en alimentos como las lentejas, el queso curado, la carne y los mariscos.
  • El selenio está en los cereales integrales y los pescados.
  • El magnesio está en alimentos como los frutos secos, la soja, las legumbres y el cacao en polvo.

Vitaminas y suplementos alimentarios

Si el adulto mayor no se alimenta como es debido, entonces se está en presencia de malnutrición, lo que repercute en la carencia de vitaminas necesarias para los miembros de esta población.

Por ende, es crucial reforzar el consumo de:

  • Vitaminas D. Contribuye a que el calcio se adhiera a los huesos.
  • Vitaminas E y C. Preservan el buen funcionamiento del sistema inmunitario.
  • Ácido fólico junto con las vitaminas B6 y B12. Evitan la aparición de demencias y enfermedades coronarias o cerebrovasculares.

En este sentido, si bien hay fuentes alimentarias que complementan la ingesta de estas vitaminas, cuando un adulto mayor ya es diagnosticado con malnutrición, lo recomendable es que recurras a suplementos alimentarios, los que deben ser administrados separados de las comidas y que también contrarrestan otros déficits nutricionales comunes en personas de 65 años o más, informa la revista de salud y bienestar Webconsultas.

Tampoco podemos dejar de mencionar el rol de los ácidos grasos insaturados como el Omega 3, que son esenciales para el funcionamiento de:

  • Inmunidad celular,
  • Tratamiento de patologías como enfermedades cardiovasculares.
  • Trastornos neurológicos degenerativos y enfermedades inflamatorias o auto inmunes.

Sin embargo, como todo alimento o suplemento que ingiera tu adulto mayor, es necesario que investigues bien primero sus posibles efectos en caso que se padezca ciertas condiciones o enfermedades crónicas, como es el caso del cáncer.

Condiciones ideales

La postura corporal es clave para la ingesta de alimentos. Según este artículo de Cuidado Mayor, para ser autónomos en el consumo de líquidos y comida es necesario tener un buen control cefálico y de tronco, así como una gran amplitud articular y la fuerza suficiente en los brazos para presionar y levantar vasos o los alimentos.

En este sentido, cuando un adulto mayor no tiene estas capacidades, resulta fundamental contar con mobiliario o utensilios que ayuden a que el momento de la comida sea tranquilo y provechoso.

Desde cubiertos con mangos de distintos grosores hasta platos con reborde o fondo inclinado; esto también repercute en una alimentación saludable.

Conclusión

La alimentación de los adultos mayores es diferentes por necesidades especiales de nutrientes que tiene su cuerpo en esta etapa de la vida.

Asegúrate de entender bien cuáles son sus requerimientos vitamínicos, proteicos, de grasas y otros componentes nutritivos que son precisos en su dieta, antes de hacer ajustes o incorporar novedades en sus comidas.

Como última reflexión, procura facilitar un horario y lugar adecuado para que se alimente, que sea tranquilo. Sobre todo en el caso que un adulto mayor con problemas de movilidad, contar con una cama clínica que sea fácil de manipular en las horas de la comida, tanto para el paciente como su cuidador, hace la diferencia en este momento tan importante del día.

 

Conoce más con la guía: Ayuda a tu adulto mayor a estar cómodo y activo.