Betten Blog

Accesorios para camas clínicas que mejoran la calidad vida del paciente

Escrito por Mariví Coello | 07 de agosto 2024

Una vez adoptada una cama clínica en casa para un adulto mayor con movilidad reducida; es probable que comiences a darte cuenta de que hacen falta una serie de accesorios para ayudarlo a adaptarse y a tener mayor comodidad y pronta mejoría.

Notarás, por ejemplo, que necesitas ayudarlo a reducir la presión sobre algunos puntos; garantizarle que pueda adoptar la posición que le proporcione comodidad y mejoría; facilitarle la entrada y salida de la cama; propiciar una comunicación eficiente entre el paciente y el cuidador; y responder a las nuevas demandas que implican algunas tareas de la vida cotidiana, como comer, usar dispositivos como computadoras y tabletas o realizar cualquier actividad manual. 

Es en estos casos que algunos accesorios de la cama clínica cobran valor, tanto para el paciente como para la familia.

 

Accesorios más comunes de una cama clínica

En términos generales, los accesorios más comunes de una cama clínica son:

  • Portasuero. Viene incorporado en casi todas las camas clínicas, la mayoría de las veces en la cabecera; aunque algunas son removibles y se pueden cambiar de lugar. Es de vital importancia para personas que reciben tratamiento endovenoso, pues las bolsas deben estar por encima de la altura del paciente para que el flujo pueda correr; además, las protege de infecciones y accidentes.
  • Portasonda urinaria. También presente en casi todas las camas, garantiza seguridad e higiene en la recolección de la orina de pacientes que requieren una sonda urinaria. Suele encontrarse a los lados del somier y por lo general es fijo.
  • Control remoto o panel de control de la cama. Algunas camas traen ambos. Con ellos se operan los cambios de posición del torso y las piernas y se regula la altura de la cama. Funcionan con electricidad. El control permite que el paciente opere los cambios por sí mismo, mientras que el panel, si no está al alcance de la mano del paciente, debe ser operado por el cuidador. 

  • Barandas abatibles. Son parte integral de la cama. Garantizan seguridad durante el sueño, en especial a personas que no tienen total control de sus movimientos (por ejemplo, que sufren espasmos o suelen moverse mucho mientras duermen), y a la hora de entra y salir de la cama o cambiar de posición.
  • Ruedas. Más que accesorios, las ruedas son una parte integral de la cama de especial valor para familias cuyos pacientes no se pueden levantar. Reducen considerablemente el esfuerzo necesario para mover la cama de un lado a otro para permitir limpieza profunda de la cama y de la habitación o bien para que el paciente pueda disfrutar de otras áreas de la casa. El cuidado de las ruedas es fundamental para el correcto funcionamiento de la cama. Mantenerlas libres de polvo, cabellos y suciedad garantiza su buen funcionamiento.
  • Alza ropa. Estructura, generalmente de metal, que se coloca encima del colchón y sobre la cual se coloca la ropa de cama. Minimiza el contacto del cuerpo del paciente con el colchón y permite que circule el aire, con lo cual se reduce la humedad y el riesgo de infecciones por hongos y bacterias.

  • Colchón antiescaras. No sustituye, sino que complementa, el colchón de la cama clínica. Es de elección personal y se consigue con cualquier proveedor de insumos médicos. Es necesario para los pacientes que permanecen en cama con poco o ningún cambio de posición tienen, por ende, mayor riesgo de desarrollar úlceras por presión o escaras.
  • Centros de cama. Se trata más bien de un tipo de insumo de higiene personal de un paciente en cama, pero es de gran importancia para garantizar la salubridad en la cama, al prevenir derrames de excreciones sobre ella. Se adquieren en cualquier tienda de insumos médicos o farmacia.
  • Ropa de cama. Además de las sábanas y cobijas resistentes a manchas y fáciles de deslizar (para el cambio con el paciente en cama), la ropa de cama incluye el protector de colchón, que previene contaminación del colchón y evita que el paciente contraiga infecciones. Es de uso personal y se puede comprar en tiendas de ropa de cama o de insumos médicos. Además, es especialmente recomendable cuando se tiene una cama alquilada, tanto para proteger un colchón que luego deberá devolverse como para reducir riesgos de infecciones en el paciente. El mejor es el antiácaros, que suele encontrarse en tiendas de insumos médicos.
  • Almohada. No suele venir con la cama. Es de elección personal. Conviene que sea delgada, suave y resistente a los líquidos. 
  • Barras de trapecio. Son asas superiores que los pacientes pueden utilizar para reposicionarse en la cama o ayudarse a entrar y salir de ella. Por lo general se adquieren aparte de la cama.
  • Alarmas. Tanto se pueden incorporar diversos dispositivos que ayuden al paciente a comunicar sus necesidades a sus cuidadores (por ejemplo, campanas o botones de timbres) como sensores de movimiento que notifican al cuidador si el paciente sale de la cama o si hace algún movimiento brusco. 
  • Mesas de noche. A diferencia de las convencionales, las mesas de noche para cama clínica tienen una altura adaptada a la de la cama, lo que facilita su uso por parte tanto del paciente como del familiar cuidador.
  • Alfombrillas antirresbalantes. Su principal función es evitar riesgos de caídas a la hora de entrar y salir de la cama. Son de elección personal y se adquieren en las tienes en que tradicionalmente se adquiere una alfombra cualquiera.
  • Banquillo de altura. Son de utilidad para usuarios de baja estatura que tienen una cama cuya altura no es adaptable. Es conveniente que sean amplios para evitar caídas. 

  • Mesa auxiliar. Este es uno de los accesorios que más ayudan a garantizar el bienestar del paciente, ya que le permite mayor independencia y comodidad al comer, realizar cualquier tipo de trabajo manual, como escribir o pintar, y utilizar dispositivos electrónicos. Existen diversos modelos, siendo los más comunes la auxiliar de bandeja y la de ruedas. La ventaja de la de ruedas sobre la de bandeja es la posibilidad de simplemente empujarla hacia un lado cuando se quiera prescindir de ella sin necesidad de asistencia, y de ajustarse su altura con respecto al piso para mejor ajuste a la cama. 

Las actividades diarias de un adulto mayor que adopta una cama clínica requieren diversas adaptaciones para garantizarle seguridad y comodidad y estimular su independencia. Lo primero que hay que hacer es identificar las necesidades que hay cubrir, qué solución hay disponible para cada una de ellas, dónde adquirirlas y cómo aprovechar cada una al máximo y reducir riesgos al utilizarla.